viernes, 2 de julio de 2010

Herida de guerra

Ayer, día 1 de julio, me fui a las rebajas con mi madre. Y sobreviví, aunque perdí unos pocos kanjis que antes estaban almacenados en mi cerebro, creo. Tal vez también perdí algún recuerdo sólo que aún no lo he notado XD.
Las rebajas son muy duras, pero sí, ya sé que por lo general, todo el mundo sobrevive. Pero esta vez...


Mi madre tenía que encargarse de un asunto antes, así que primero me fui yo para reconocer el perímetro y luego ya llegó ella. Bien pues después de haber recorrido varias tiendas y de haber encontrado de pura potra un pantalón morado a 10€ de mi talla (O_o increíble pero cierto), me interné en la última tienda de mi reconocimiento: Stradivarius.
Allí parecía no que hubiera rebajas, sino que regalaban la ropa. Añádele que no tienen un local demasiado grande en el centro comercial en el que estaba... pues pa flipar. La cola daba la vuelta entera: la última podía hablar con la primera mientras la cajera le cobraba. Ya me lo imagino, mientras la última la maldice en arameo o cualquier otro idioma no entendible para la población media:

- ¿Decía usted algo?
- ¿Yo? Noo, que va, que va, nada, que suerte tiene usted que ya puede irse - y entre dientes añade - perra con suerte... 
- ¿Perdone? 
- [silbido inocente]

Como resultado, la cola invadía los pasillos y claro, para mirar ropa, una gracia vamos, porque entre esa y la cola para los probadores... Una señora iba haciendo cola para ir cogiendo las cosas de las estanterías: se las echaba en el brazo y ala, a la siguiente tanda. Supongo que querría llegar al final al probador, pero al paso que iba, se iba a probar la tienda entera.
Bueno, voy al grano. Yo conseguí llegar hasta el estante al que quería echar un vistazo, acabé allí intentando mirar el precio de una cosa (que encima ni siquiera me gustaba a mí, sino que sabía que le gustaba a mi madre) pero completamente atrapada entre la cola detrás de mí, el estante delante (pero casi me lo estaba comiendo vamos) y las dos chavalas que había a mi derecha. Bien pues una de ellas, era lo que se dice una criatura notable, una de esas que se dejan las uñas largas porque son una ventaja en cualquier pelea: los arañazos en la cara duelen ¿eh? XD Pues sacó una prenda en una percha y en esas que yo estaba intentando recular p'atrás para pirarme, la del otro lado coge y le quita la percha.
Imagino yo que lo hizo por reflejo, vió algo que le gustaba y simplemente lo cogió, sin darse cuenta de que la estaba viendo ahí porque la tenía otra persona en la mano. Imagino eso porque de toda la gente que había en el Stradivarius esa chica hubiera sido la última que habría elegido para quitarle una percha vamos, pero también hay gente muy kamikaze por ahí así que a saber...
Os podéis imaginar lo que le siguió a eso. La tía le pegó un grito que debió de reventarle el tímpano acompañado de una lindeza muy elegante al final, lo cual claro, calentó a la otra, que le respondió que no le tenía que gritar, pero gritando como una posesa también, no os creáis. El caso es que la primera le cogió la percha y tiró para recuperarla, pero se ve que la otra se resistió. Yo mientras intentaba pirarme de ahí con más ahínco, pero no lo conseguí a tiempo. En el forcejeo, la que birló la percha, la soltó, pero la otra había tirado con tanta fuerza que le salió despedida hacia atrás (pero no la soltó eh?) y dicha percha impactó dolorosamente sobre mi cráneo.
Después de eso me salí del Stradivarius agonizante y muy mareada y me senté en unas escaleras. No habían pasado ni cinco minutos cuando un guardia vino a desalojarme de allí (pero qué daño le hacía, si todavía no había películas en el cine como para que alguien fuera a subir...), así que salí a fuera hasta que llegaron refuerzos (mi madre) para volver a internarme en la cruenta y sanguinaria guerra de las rebajas.
Como apunte, más tarde mientras esperaba la cola para el probador con mi madre en Woman Secret, admiré que las perchas de dicha tienda, tienen una especie de goma en las puntas, cosa que hace que las camisetas de tirantillas no se resbalen. En ese momento me di cuenta de que sostenía una maciza percha de madera y di las gracias por que en Stradivarius no haya tanto presupuesto y sean de plástico.

1 comentario:

  1. Auch, qué pupa sólo con leerlo >_< Es que hay cada tarada por ahí suelta que... Buff, además en las rebajas sacan lo peor de sí mismas. Ya se podía haber metido la percha por el culo o algo, a ver si así se quedaba aliviadita, xDD

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