miércoles, 26 de septiembre de 2012

Ciudad de las almas perdidas

Si os digo que adoro no, lo siguiente, la saga de Cazadores de sombras, creo que no os descubro nada nuevo. Lo mismo si os digo que devoro cada nueva entrega, sufriéndola para bien porque, macho, Cassandra Clare no deja de sembrar el caos, la muerte y la destrucción, aunque lo haga de tal forma que mole mucho ;P

Bueno, pues hace un par de días terminé la quinta entrega de la saga principal, Ciudad de las almas perdidas, y aquí os traigo la reseña que, aviso, tiene spoilers a mansalva, así que leed bajo vuestra responsabilidad.

Ciudad de las almas perdidas retoma la acción justo donde lo dejó el volumen anterior, Ciudad de los ángeles caídos, pero desde el punto de vista que Clary que acaba de enterarse de la desaparición tanto de Jace como del cuerpo de Sebastian. Tras un salto de dos semanas, vemos que La Clave está buscando a Jace, aunque por poco tiempo, pues deben encargarse de otros menesteres y dejan la búsqueda en un segundo plano. Sin embargo, Clary y cía no van a cejar en su empeño de recuperar a Jace y descubrir qué está planeando el malévolo Sebastian.

Esa es la premisa de Ciudad de las almas perdidas, aunque las tramas no acaban ahí, ya que cada personaje tiene su propia historia y este volumen es todavía más coral que los anteriores. De hecho, como novedad, Jace sale muy poco, ni siquiera cuenta con punto de vista como en otros libros y, aunque se le echa de menos (es Jace, cómo no se le va a extrañar), esta entrega resulta tan adictiva y entretenida como las demás, ya que el resto de personajes se las saben apañar solos.

Ya que he nombrado a Jace, empiezo con él y es que Cassandra Clare me sorprendió mucho con lo que le hizo al personaje. Al acabar la entrega anterior, Ciudad de las almas perdidas, se me metió en la cabeza que Jace y Sebastian ejercerían de doctor Jekyll y mister Hyde, no que Sebastian atara a Jace a él, lo convirtiera en su fiel y sumiso lacayo al suprimir su personalidad, ponerla al servicio de sus deseos. Así, hemos asistido junto a Clary a ver a Jace sin ser Jace, lo que, además de darle una vuelta de tuerca al personaje, resulta tan perturbador como interesante.

Clary, por su parte, ha estado en una situación delicada. Clary siempre ha sido un personaje que sabía lo que quería y que no dudaba en hacer lo que fuera necesario para conseguirlo. En esta entrega su único objetivo ha sido encontrar a Jace, salvarlo, aunque para ello diera un salto de fe tremendo. Clary es la primera en ver a Jace, también es la que se da cuenta de la unión mágica entre él y Sebastian, por lo que no duda en arriesgarse y acompañar a ese Jace que no es él mismo y a Sebastian. En realidad, Clary ha seguido muy fiel en su línea y, sinceramente, es de agradecer que en una saga así, los altibajos de la relación protagonista no se deban a celos, inseguridades o dudas entre ellos, sino a factores externos y también extremos.

Quizás es cierto que Clary peca de temeraria, incluso en cierta manera de egoísta pues nunca piensa en las consecuencias de sus actores, simplemente se tira a la acción por buenos motivos. De hecho, esa valentía suya siempre ha sido motivo de debate entre el resto de personajes. Desde la reina Seeley hasta, en este libro, Isabelle y Jocelyn. Y es que Jocelyn sigue sin ser fan de Jace, achacándole a él el comportamiento de su hija, mientras que Isabelle considera que todo se debe a la sobreprotección que Jocelyn ejerce sobre su hija. He de decir que cuando leí esa discusión entre las dos, le hice la ola a Isabelle; cierto es también que Jocelyn nunca ha sido un personaje que me caiga bien, demasiado dura y desagradable para mi gusto. Y, sí, su animadversión hacia Jace tampoco ayuda, así de tonta que soy.

Bueno, por cierto, para acabar con la parejita. ¡¿Pero cómo me puede terminar Cassandra Clare el libro así?! Vale, a ver, no lo deja tan abierto como el anterior, con esa desaparición de Jace, sino que es bastante más relajadito, pero, claro, el hecho de que me deje a Jace con el fuego celestial en el interior y la imposibilidad de tener tema con Clary, pues... Eso, que, leches, ¿no les va a dar un respiro a los pobres?

Por suerte, Cassandra Clare suele equilibrar bastante bien sus historias de amor. Y con Clary y Jace enzarzados en una relación particular, nos ha ofrecido una historia dulzona (la de Maia y Jordan) y el tira y afloja entre Isabelle y Simon que, para mí, ha sido de lo más divertido y también bonito.

Y es que este ha sido el libro de Isabelle. Poco a poco, Cassandra Clare ha ido desarrollándola, dándole matices, convirtiéndola algo más en la guapa un poco zorra. En Ciudad de las almas perdidas, Isabelle ha sido la mejor amiga y el mejor apoyo de Clary, resultando toda una (grata) novedad que se lleven tan bien. También hemos comprobado una vez más que, en realidad, Izzy es todo corazón. No sólo no duda en hacer lo que sea para salvar a su hermano, sino que se traga sus propios sentimientos para que Clary esté bien y no le pese, aunque preferiría que Simon durmiera con ella en vez de con Clary.

Isabelle está traumatizada por sus padres. Cassandra Clare ya había dejado pistas como que, por ejemplo, Marysse le había impedido que aprendiera a cocinar y de ahí que, aunque lo intentara, no lograra hacer un plato comestible. En Ciudad de las almas perdidas hemos visto que, a diferencia de los demás, sabía que su padre le fue infiel a su madre y, curiosamente, es la más afectada ante la idea de que se puedan separar. También se nota que le cuesta bajar la guardia ante Simon (y eso que está coladita por él) por ese mismo tema. Aunque, claro, cuando al fin empieza a abandonar su armadura, nos da escenas muy bonitas, como cuando duerme con Simon por segunda vez.

Simon, por su parte, ha seguido en su línea, soltando perlitas haya donde vaya (tiene unos puntos geniales, le adoro) y lidiando entre los disgustos que le arrea Clary, la relación con Isabelle y sus problemas como vampiro: Raphael sigue teniéndole en el punto de mira y, al hecho de que a su madre le falta llamar a un exorcista, se le añade el que su hermana aparece en escena. Menos mal, por cierto, que la hermana le apoya porque, leches, pobre Simon, la que tiene encima con su madre. Debería mandarla a tomar Fanta, vamos.

Eso sí, Cassandra Clare lo ha orquestado todo de tal modo que su historia pinta muy interesante para el siguiente. Esta mujer no sólo sabe jugar con los sentimientos, sino también con las intrigas y la acción. Pues bien, con una guerra en ciernes, Raziel le ha quitado a Simon lo único que le protegía, la marca de Caín. Ya no es intocable y, por el camino, se ha ganado las antipatías de mucha gente. Simon lo va a tener jodido en el próximo libro y estoy deseando saber cómo continúa tanto como me aterra porque yo adoro a Simon. Me encanta, en serio, y eso suele ser malo, xD.

Y me he dejado para el final la parte más amarga del libro, la historia de Alec y Magnus. Alec siempre ha sido inseguro y más en su relación con Magnus. Ya en la entrega anterior la idea de la inmortalidad se interponía entre ellos: tanto uno como otro no podía quitarse de la cabeza que Alec envejecería y moriría, mientras Magnus seguiría como hasta ahora. Bueno, con la compañía de Simon. La cuestión es que Camille engatusó a Alec prometiéndole la inmortalidad, aunque al final no dejó más de ser un truco de prestidigitador barato pues su solución no dejaba de ser otra que volver a Magnus mortal.

Al final, sus mentiras y su inseguridad le ha pasado factura, pues lo que ha terminado con su relación no ha sido la muerte, sino él mismo. Magnus, al sentirse traicionado, le ha dejado y eso que el pobre no podía demostrar más que le amaba; de hecho, se lo dice a Simon, si no fuera por Alec, se habría dado el piro hasta que pasara la tormenta.

La verdad es que durante todo el libro, yo quería pegarle a Alec. En serio. Es que, a ver, ¿en qué cabeza cabe fiarse de Camille? De verdad, Alec, qué cerebro el tuyo, macho. Lo peor del caso era que el propio Magnus estaba buscando la manera de volverse mortal para envejecer junto a Alec. Bueno, jo, espero que en la próxima entrega todo se arregle entre ellos, en serio, que es muy mono.

Y, bueno, hablando de Magnus, sigo con todos los interrogantes que nos ha ido dejando a su paso. En primer lugar, tanto secretismo con respecto a su padre me escama y mucho, sobre todo tras el final en el que la piedra de luz de los cazadores de sombras reacciona con él cuando no debería. ¿Qué mierda significa eso? ¿Es hijo de un ángel caído quizás? Porque, vamos, si fuera hijo de un ángel no sería un brujo, ¿no? O, al igual que sospecho con Tessa, es hijo de un demonio y un cazador de sombras.

Oh, Tessa. Oh, la otra saga. Magnus es el nexo de unión entre ambas, ya que sale en las dos... Y quizás no es el único. Vale, sabemos que Tessa ha salido de pasada en Ciudad de cristal (confirmado por la propia Cassandra Clare) y sospecho que la bruja implicada en los rituales de protección de Clary es ella. Tiene que ser ella. Sin embargo, Magnus no deja de tirar pullitas que a mí me vuelven loca.

A Isabelle le explica que lo de ser parabatai tiene consecuencias, que ella no ha visto lo que le puede ocurrir a un cazador de sombras si su parabatai muere. Por otro lado, en esta parte hacen hincapié en el hermano Zacariah: sabemos que fue cazador de sombras, que es moreno, que es mucho más humano que sus compañeros (los hermanos silenciosos), que hubiera muerto por dos personas y que muestra una evidente predilección por Jace, al ser el último de los Herondale que queda. Anda, ¿y quién se apellida Herondale también? Will.

Las referencias a Will han sido constantes y no sólo porque Alec tenga celos de lo que fue Will para Magnus. Jace tiene un ejemplar de Historia de dos ciudades dedicado por Will a Tessa y también descubrimos que su padre se llamaba Stephen William Herondale. ¿Casualidad? ¡Y una leche!

A priori, puede parecer que el hermano Zacariah fue Will, pero yo voto por Jem. Creo que Jem sobrevivió a su enfermedad demoníaca, convirtiéndose en un hermano silencioso y que Will murió antes de que esto sucediera.

Aunque, claro, luego está el problema de los apellidos. Y es que con eso Cassandra Clare me va a volver loca. Se supone que tanto en Los orígenes, tanto Will como Jem son los últimos de sus respectivas familias: vale, Will tiene otra hermana Herondale, pero Jem está solo, no hay ningún Carstairs más. Pero, por un lado, tenemos a Jace Herondale y, por otro, están los Carstais. En este volumen aparecen de pasada, pero sabemos que la protagonista de Lady Midnight (nueva saga al canto, sep) es Emma Carstais. Eso, sin contar que los Lightwood ahora se parecen a Will (¿la hermana se liaría con un Lightwood?) y que Charlotte era una Fairchild. Dios, menudo cochocho hay montado entre ambas novelas y qué ganas tengo de leer las dos que quedan para terminar ambas sagas que, en realidad, son una.

Y vosotros, ¿tenéis alguna teoría?

9 comentarios:

  1. Tengo entendido que son un montonazo de libros, por eso todavía no me he lanzado a leerlos. Pero algún día caerán.

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  2. Pues, a ver, es una trilogía original y luego sacó la precuela y la secuela que, en mi opinión son una segunda saga. Vamos, de momento siete libros, pero se leen muy rápido.

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  3. Me ha costado leerme la reseña porque aún no me he leído Los Orígenes y cada vez que leo el nombre de Will o Tessa me salto la línea para no spoilerearme. Empiezo a pensar que debí leerme la presecuela antes de coger el cuarto libro.

    A lo que voy, este libro me ha gustado mucho, pero MUCHO! Esta tía es increíble escribiendo, me encanta la manera en que me deja enganchada entre un punto de vista y otro (aunque en el momento me cague en to sus muertos) y las relaciones las lleva fenomenal, la que menos me gusta es la de Maia y Jordan y no es que me desagraden pero me dan bastante igual. Alec ha estado muy hostiable en este libro pero lo entiendo y me parece normal que haya caído en la trampa de Camille (con miles de años de experiencia en el arte de engatusar) el pobre, que solo quería hacerse viejito con Magnus. Ya estoy deseando coger el sexto para ver que pasa con ellos porque en la sinopsis leí que el grupito se iba de viaje y él (Magnus) no estaba con ellos. Lo de Isabelle y Simon me ha encantado y eso que estaba predispuesta porque en el primer libro pensé que los juntarían para darle un final feliz a Simon cuando Clary eligiera a Jace, pero que va, ha estado estupendo.

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    1. Yo creo que el mejor orden para leerlos es el de publicación, vamos, alternar uno de Los orígenes con uno de la segunda trilogía ^^ De hecho, si no te has leído el sexto de estos, te recomiendo que primero te leas Los orígenes.

      A mí Maia me mola, pero Jordan sin más y su relación pues lo mismo que tú, me da bastante igula.

      Ay, pobrecito Alec, si es que estos dos están en una situación muy jodida T0T Yo creo que es una de las cosas buenas de la Clare, que es muy sencillo entender a todas las partes implicadas.

      A mí Izzie y Simon me encantan juntos, si es que encima yo siempre he sentido adoración por Simon y sus coñas. En serio, es tan mono <3

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    2. Vaya por Dios, pues no tengo los libros de los orígenes. No me puedo creer que Cassie me vaya a hacer esto. Llevo dos días mirando ciudad de fuego celestial, y me pone ojitos!!! Pero estoy segura de que el hermano Zachariah tiene algo que ver con el pasado de los Herondale y me han hablado tan bien de Los orígenes que no me quiero spoilerear (más de lo que ya lo he hecho) Pues nada, tomará toda la fuerza de voluntad que NO tengo y esperar.

      Por cierto, Simon... Simon... Simon... desde que confesó que hacía travestismo y se tiraba a Jocelyn me ganó, incluso hubo un tiempo en el que lo shipeaba con Clary. Me extraña que el tema inmortalidad no haya flotado entre Isabelle y él también. Imagino que Cassie no quiera repetir trama pero es un hecho que ahí está. Ay Dios mío, quiero leerme el sexto ya :(

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    3. Es que digamos que la trama del hermano Zachariah está relacionada con Los orígenes y si lees su parte en Ciudad del fuego celestial te vas a spoilear a lo bestia una parte MUY importante de Princesa mecánica.

      Yo siempre he shippeado a Clary con Jace y a Simon con Izzy, y eso que ella al principio era un poquito mala con él, xDD.

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    4. Cuando plantearon el triángulo amoroso yo me decanté por Jace, pero las escenas de Simon con Clary no me molestaban como me suele pasar cuando hay triángulo (gale y katniss, iván y carol, stefan y elena, caroline y tyler, dawson y joey y un montón más, la lista es bastante larga). Incluso cuando Simon dejó a Clary en el final del segundo me sentí mal por él y en aquella época pensaba que ya no habría Izzie & Simon, de hecho pensé que lo juntarían con Maia (evidentemente subvaloré a Cassie) Pero en el primer libro, a pesar de ser más de Jace que de Simon, me gustaba que Clary se pusiera celosa con Izzie. Supongo que si yo fuera Clary me habría pegando un tiro antes de tener que decidir entre esos dos.

      Lo de Izzie y Simon al principio no lo vi del todo bien, pensé que nos pondrían a sufrir con la indecisión de Clary durante tres o cuatro libros con un tira y afloja para al final sacarse un happy ending de abajo de la manga como hicieron con Aitor y Lis en Los hombres de Paco (quién se creyó que Aitor se deslumbró con Lis la primera vez que la vio? O_o) En fin, que por suerte no podía haber estado más equivocada. Adoro la manera en que se desarrolló la trama sizzie.

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    5. Por cierto, me empecé a leer ángel mecánico y me estoy enganchando, se me ha pasado un poco el mono de la otra saga y creo que puedo aguantar a terminar esta trigología para empezar con ciudad de fuego celestial. Gracias por el consejo ;-)

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    6. Yo también creía que íbamos a tener triángulo para rato, pero no. La verdad es que Cassandra Clare escribe muy bien los triángulos, porque encima, aunque prefieras a uno, no odias al otro, que es muy de agradecer.

      Me alegro de que te haya venido bien el consejo, la verdad es que con estas sagas tan largas, hace falta casi un manual de instrucciones, xDD. Por cierto, cuando llegues a Princesa mecánica, no se te ocurra quitarle la sobrecubierta y, si lo haces, no mires el interior.

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