lunes, 10 de junio de 2013

Rastro

Como os dije la semana pasada, tengo pendientes unas series de reseñas y, por eso, hoy también toca el lunes literario. En este caso, me toca hablaros de Rastro, la continuación de Temblor de Maggie Stiefvater. En general, no suelo reseñar segundas partes, pero con las que me gustan mucho o les encuentro algo diferente, lo hago. Pues bien, además de encantarme, Rastro me ha parecido distinta de su predecesora.

Aunque la primera parte, Temblor, puede pasar por una historia auto-conclusiva, Rastro la continúa sin resultar repetitiva; cierto es que el tema central es más o menos el mismo, pero Maggie Stiefvater consigue que no sea repetitivo y, además, no se pone a marear la perdiz con el tema amoroso, algo que me gustó mucho.

A partir de aquí, encontraréis algún spoiler que otro de la primera parte.

En Rastro nos reencontramos con Sam, Grace e Isabel, cada uno lidiando de distinta manera con lo que ocurrió durante Temblor: mientras que Sam no termina de creerse que se ha curado y será humano y estará con Grace, ésta empieza a notar que algo no va bien con ella; por su parte, Isabel sigue afectada por lo sucedido con su hermano, aunque el mundo no parezca darse cuenta de ello.

A ellos se les une Cole, uno de los nuevos licántropos que trajo Beck durante Temblor y que, aunque él sólo quiere desaparecer en su piel de lobo, pasa más tiempo como humano que como lobo.

Al igual que en Temblor, la edición de SM es sencillamente preciosa. Como la historia está ambientada en primavera, los tonos son verdes, la portada tiene mucho detalle, como el interior: cada capítulo tiene un dibujo, dependiendo de quién sea el personaje que lleva la narración. Pues, si en Temblor se alternaban los puntos de vista de Grace y Sam, en esta segunda parte podemos disfrutar, además, de los de Isabel y Cole. Estos dos han conseguido darle un aire nuevo a la novela, una chispa, sobre todo porque sus caracteres y su relación son más explosivos y chocan mucho entre sí.

En lo que respecta a la historia, le he encontrado un leve "pero" y es que Rastro tarda un poco en arrancar. Sin embargo, aunque lento, el primer tramo no tiene desperdicio, ya que, además de presentarnos a Cole, sitúa dónde está cada personaje y las relaciones entre ellos, ya que se van relacionando los unos con los otros. En realidad, es el estilo de la saga, siempre ha sido muy pausada y ahonda mucho en los personajes, lo que sienten, sus temores, problemas y recuerdos.

Eso sí, el tramo final es de impacto, de leerlo de un tirón, esperando saber qué te vas a encontrar a continuación, qué va a pasar, cómo van a solucionar la papeleta. Además, al final todas las piezas encajan a la perfección como si de un puzzle se tratara. Y yo, particularmente, he encontrado muy curioso y bien orquestado como el final es tan circular, me pareció muy apropiado.

Los personajes continúan siendo los mismos, conservando el mismo encanto, aunque han madurado, han cambiado un poco y se encuentran en situación diferentes a las que vivían en Temblor.

Por un lado, Grace y Sam deben hacer frente a varios obstáculos, mientras ella siente que algo va mal en ella y él anda a dos aguas ante su curación y el tener que sustituir a Beck como líder de la manada. Como pareja ya están asentados, son tan monos y dulces como siempre y, además, deben de hacer frente a los padres de Grace. Arg, los padres de Grace. El giro que les han dado me parece un poco cogido con pinzas, pero logra su cometido, así que no lo criticaré y me limitaré a odiarlos como hice cuando leí la novela.

Por otro lado, Isabel sigue siendo tan genial como siempre. Es uno de mis personajes favoritos, tan dura, pero al mismo tiempo tan frágil. La pobre está hecha una mierda, pero nadie se da cuenta y ella intenta salir adelante como puede, sin hundirse e intentando ayudar a sus amigos. Además, con el carácter que sigue teniendo, tanto sus puntos de vista como sus comentarios eran la leche.

En esta segunda parte, Isabel encuentra a un igual en Cole, el nuevo licántropo y, la verdad, me ha gustado mucho cómo Maggie Stiefvater ha desarrollado la relación, tan distinta a la de Grace y Sam, más divertida, más caóticas y con más desencuentros que encuentros.

Y ya sólo me queda hablar de Cole. Cole. Durante la mayor parte de la novela no sabía si me gustaba o no. Había veces en que me encantaba, me emocionaba o lo compadecía, aunque había otras en las que no podía parecerme más imbécil. Supongo que ese es su encanto. Una vez terminado el libro, y sin haber leído Siempre (la última entrega), me he quedado con una opinión positiva del personaje. Al igual que el resto de habitantes de Mercy Falls, está muy bien retratado, es muy humano y, aunque pudiera parecerlo si tenemos en cuenta que es una estrella del rock con problemas, no es un topicazo.

Como ya he dicho, me falta por leer Siempre. De momento, el libro no ha caído en mis manos, aunque lo hará, con ese final que tiene Rastro claro que lo hará. Pues mientras que Temblor, la primera parte, es más bien auto-conclusiva, en Rastro la autora lo deja todo completamente abierto, aunque tenga un final propiamente dicho. No sé si me he explicado bien, xD.

El próximo lunes literario estará dedicado a... Princesa mecánica de Cassandra Clare.

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