viernes, 20 de junio de 2014

Cómo matar a un personaje y no cagarla en el intento

Quizás sea cosa mía, pero esta temporada televisiva ha estado cargadita de muertes. Yo juraría que ha habido una plaga... y no, no me refiero a los zombies de The walking dead. La cuestión es que tantas muertes seriéfilas ha hecho que me dé por divagar, ya que me gusta escribir y, a veces, me cargo a algún personaje que otro.

La muerte es un recurso dramático que, si se usa de forma adecuada, puede sacudir las bases de una historia (sea serie, película o libro), tocar la fibra sensible del espectador (o incluso despertar su ira o hasta su alivio) y, también, ofrecer uno de los mejores capítulos o el momento cumbre de la historia. Bueno, la muerte también puede ser un recurso descacharrante, como bien nos han enseñado los chicos de Orphan Black, pero es menos habitual.

¿Y cómo se debe tratar este recurso para que funcione bien?

Bueno, a partir de aquí encontraréis spoilers de las temporadas actuales de las siguientes series: Arrow, Once upon a time, Teen wolf, The good wife y The vampire diaries. Menciono más series, pero los spoilers son sólo de esas ;)

En primer lugar, se debe dejar claro que está ahí, presente. Por ejemplo, en estos momentos estoy viendo la sexta temporada de Castle y hay episodios que juegan con la tensión al poner a los personajes en riesgo de muerte. ¿Funciona esa tensión? No del todo. Por mucho que los actores estén estupendos, por mucho que el episodio esté bien escrito y, aunque quieras comprar ese riesgo, en el fondo sabes que no va a ocurrir nada malo, que ni Castle ni Beckett van a morir.

Me apetecía poner esta foto tan mona y ya que hablaba de ellos, pues aprovecho.

Y es que en las series procedimentales los personajes son inmunes a todo tipo de accidentes o problemas. Por poner varios ejemplos: Beckett en Castle ha sobrevivido a un tiro, a estar sobre una bomba, a quedarse atrapada en un camión frigorífico... Los chicos de NCIS (ya sea el original o el de Los Angeles) han sobrevivido a atentados de todo tipo, explosiones, torturas, incluso extrañas enfermedades. Por tanto, al final acabas asumiendo que los personajes son invencibles y, o sabes que el actor en cuestión no va a estar en la siguiente temporada, o no temes por su vida.

Por eso, hay varias series que se encargan de que en sus primeros episodios te encariñes de un personaje principal y luego, ¡zas!, le matan. El mejor ejemplo sería El cazador en Once upon a time. El episodio centrado en él será de los mejores de la serie, logró que Graham fuera un personaje todavía más interesante y luego le mataron sin contemplaciones, avisándonos de que en Storybrooke el peligro era real y que cualquiera podría morir. Ese mismo recurso lo usaron con Vicky en The vampire diaries, el rubito de The secret circle, Floro en Águila roja y seguramente alguna más de la que no me estoy acordando.

Ahora bien, en líneas generales en cualquier historia todos sabemos que ese "cualquiera" es muy, muy relativo. Los protagonistas nunca mueren. Los protagonistas tienen una resistencia que ni Terminator. Retomando el ejemplo de Once upon a time. Las muertes de secundarios son creíbles, pero, por ejemplo, cuando Rumpelstiltskin la palma a mitad de la tercera temporada sabes que va a haber alguna laguna, que algo va a ocurrir porque es imposible que prescindan de ese personaje. Que emociona, pues sí, en ese caso emocionó muchísimo porque estuvo bien ejecutada, Robert Carlyle es un actor estupendo y la muerte suponía una redención para el personaje que te llegaba a la patata.


Sin embargo, los protagonistas no siempre pecan de ese complejo de inmortalidad, sobre todo cuando se aproxima el final de la serie o saga, en caso de los libros. Aunque, en las series, en general, depende más del actor que del creador.

En esta temporada hemos tenido dos muertes de personajes importantes, en dos series que no pueden ser más diferentes y ambas por el mismo motivo: los actores querían abandonar la serie en cuestión.

Por un lado, Josh Charles llevaba queriendo dejar The good wife desde la temporada anterior y, por motivos creativos, los King decidieron matar a su personaje, Will Gardner, ya que era la única explicación que encontraban plausible para explicar ausencia. La verdad, fue una de las muertes más chocantes que he visto nunca, más que nada porque ocultaron la marcha de Josh Charles y porque sucedió de repente, sin que tuvieras algún tipo de aviso. Levantó mucha polvareda en Internet, hubo quien lo consideró un error y no voy a entrar en si estuvo bien ejecutada o no, porque la cuestión es que el giro funcionó y sirvió para cambiar casi por completo The good wife.

Por otro lado, Crystal Reed quería dejar Teen wolf porque estaba cansada de interpretar a una adolescente a su edad y porque, seguramente, quiera ir en busca de prados más verdes. En este caso, fue la propia Crystal quien pidió que le dieran algo potente con lo que despedirse y se lo dieron. En este caso, también fue sorprendente que Allison fuera la elegida, más que nada porque era de los pocos personajes que no estaban en peligro inminente y, encima, dada la actual popularidad de Dylan O'Brien, él parecía la elección más probable.

Hasta siempre, Allison. A veces me caías como el culo, pero molaba mil que la badass del grupo fuera una chica.

La despedida de Allison emocionó, pese a que, bueno, Allison no era precisamente un gran personaje, aunque en la tercera temporada se redimiera. Pero la cuestión es que su adiós fue real, fue creíble y, sobre todo, fue definitivo.

Porque ahí está lo más importante para que el recurso sea efectivo. La muerte debe ser definitiva en caso de que quiera ser tomada en serio. Si a la mínima de cambio estás resucitando al personal, al final por más música sensiblona que pongan, por más que los actores lloren, a ti te la pela en grande.

Y, sí, The vampire diaries, te miro a ti.

La quinta temporada de The vampire diaries quiso terminar por todo lo alto con un episodio escrito para llorar y emocionar y cagarte en la parentela de Julie Plec. Al menos, era su intención, pero, claro, cuando llevas cinco temporadas matando y resucitando indistintamente, al final quemas tanto el recurso que ya no funciona. Damon murió y Elena le lloró con Wings de Birdy sonando de fondo. ¿Y qué? ¿Cómo pretenden que me lo crea lo más mínimo si en Mystic Falls resucita todo quisqui sin ni siquiera pagar un precio?

Nina Dobrev llora muy bien, ¿eh? Pero, vamos, ni por esas, ni por el cursi discurso de Damon, emociona. Bleh.

¿Cuántas veces ha muerto Bonnie para regresar episodios más tarde? Porque, vamos, ya está claro que en caso de hecatombe, sobrevivirán las cucarachas y Bonnie, que la tía es indestructible.

Por tanto, no entro en el juego de lamentar la muerte de Damon. ¿Para qué? En dos, tres episodios volverá y todos tan contentos. De hecho, por no creerme, no me creo ni la muerte de Katherine, pese a que los guionistas juren y perjuren que es definitiva. Ya, lo que ellos digan. En cuanto quemen al malo de turno y la necesiten, se inventarán cualquier triquiñuela para traerla de vuelta y ya está.

En ese sentido, los chicos de Supernatural son mucho más honestos. En Supernatural sólo debes preocuparse si eres un secundario, porque si te apellidas Winchester la muerte no es nada para ti. ¿Cuántas veces han resucitado Dean y Sam? Muchas. Sin embargo, los guionistas no juegan a sentimentalismos baratos, no intentan que te deshidrates con esa falsa muerte, sino que lo emplean como herramienta para cambiar la situación o para provocar un nuevo giro: la aparición de los ángeles, el Sam sin alma, la última pelea de los hermanos, etc.

Y es que resucitar es otro recurso bastante empleado, pero hay que hacerlo de la manera adecuada, con cabeza. Resucitar debe conllevar un precio alto a pagar porque, si no, te arriesgas a sufrir ese efecto The vampire diaries y que acabes por no tomarte en serio la historia. Ese precio puede ser un trauma y un viaje difícil por delante, como le ocurre a Buffy en la sexta temporada de su serie; el hecho de que los que vuelven no lo hacen como se fueron, algo que ocurre en Canción de hielo y fuego con Lady Corazón de Piedra; o que una vida debe pagarse con otra, como hicieron en Once upon a time con Rumpel y Baelfire.


En ese sentido, Agents of Shield ha sabido lidiar muy bien con la resurrección de Coulson, mostrándonos que no es tan fácil que alguien vuelva a la vida, ni siquiera que alguien la salve (ahí tenemos a Fizt al final de temporada). De hecho, es curioso que las dos series de superhéroes que hay ahora mismo en la tele hayan lidiado tan bien con el tema de la muerte y los regresos de ultratumba, cuando en general en los cómics es algo de lo que chotearse a gusto. Eh, en cualquier colección de Marvel si no has muerto al menos una vez y has vuelto para contarlo, no eres nadie.

Porque en Arrow a veces parecen los de The walking dead, más que nada porque nadie que haya muerto en la isla parece estar muerto de verdad. Sin embargo, lo compensan con las que tienen lugar en el presente, tan impresionantes como definitivas: primero Tommy y ahora Moira. No me digáis que el asesinato de Moira no es una de las escenas más potentes de la temporada. Y, vale, rescataron a Malcolm Merlyn, pero también es verdad que no le vimos morir, sino perder a manos de Oliver y, encima, lo interpreta John Barrowman, lo que lo hacía un tanto predecible.

Ay, John Barrowman :3
No, no he podido evitarlo. Es que este hombre es too much.

Y, si no habéis pillado eso, ya estáis viendo Doctor Who y Torchwood porque lo merecen, que son fantásticas.

Me he centrado en las series, en parte porque ha sido una temporada bastante cargadita en muertes de personajes importantes, y también porque es más fácil llevarlas al día que los libros, que cada uno llevamos a nuestro ritmo. Además, los libros no dependen de tantos factores como ellas, sino únicamente del autor y, encima, por mucho que sean parte de una saga, no se exprimen tanto como una serie, por lo que los escritores no tienden a caer en esos excesos... salvo que sean George R. R. Martin y les enorgullezca matar hasta al apuntador, pero esa es otra cuestión.

Ah, George, por cierto, si alguna vez osas tocar a Jaime, tú y yo vamos a tener un serio problema y tengo muy mala leche ^^

Por si acaso.

PD: Soy una loca que se ha puesto a escribir esto sin haber visto el season finale de Game of thrones o haya terminado de ver la última de Merlin, que por fin la estoy viendo, ahora que es verano y hay sequía seriéfila. Ahí, a lo loco, xD.

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