miércoles, 26 de noviembre de 2014

Sinsajo. Parte 1, Francis Lawrence, 2014

El sábado fui al cine a ver Sinsajo. Parte 1 y fui con tantas ganas como miedo. La película anterior me encantó, pero no estaba muy convencida de que la decisión de partir el último libro en dos fuera a funcionar, más allá de sacar más partido a la gallina de los huevos de oro, que era lo que la productora buscaba, evidentemente. No es la única porque todas las adaptaciones cinematográficas de sagas literarias han hecho lo mismo, siendo Harry Potter la única que, en mi opinión, sí justificaba las dos películas.

Creo que Sinsajo habría quedado mucho mejor siendo una única película. Podrían haberla hecho de tres horas para aprovechar mejor la historia, pero, bueno, la verdad es que Sinsajo. Parte 1 me gustó y la disfruté, a pesar de que tiene ciertas pegas.

Sinsajo arranca donde lo dejó la película anterior, con Katniss en el distrito 13 recuperándose de lo sucedido en los últimos juegos y rabiosa porque dejaron a Peeta atrás en beneficio de salvarla a ella. Pronto descubre que la quieren usar como líder, como un símbolo de la revolución contra el Capitolio, a lo que acaba accediendo por distintas razones: justicia, la crueldad de los actos de Snow que ha destruido el distrito 12, el asegurarse de que los vencedores que quedaron apresados en el Capitolio sean salvados... Así, Katniss se convierte en el Sinsajo, la cara visible de la revolución y, también, la persona a la que Snow más desea destruir.

Yo ya me había leído el libro, aunque no lo recordaba en detalle, así que no entraré a comparar uno con otro. Sin embargo, sí que diré que Sinsajo era un libro muy diferente a las partes anteriores: no había juegos, ni acción constante, sino que trataba más sobre el poder, la propaganda, el cómo se repite la historia... Recuerdo, además, que la primera parte de la novela me resultó muy agobiante por ese distrito 13 tan severo, donde todo está calculado y no hay margen para el libre albedrío.


La cuestión es que Sinsajo es más psicológico, no es acción pura y dura, sino una historia más lenta, de ahí que la película también lo sea. En ese sentido, creo que se adaptan muy bien al espíritu de la novela.

Como ya he dicho, seguramente una única película más larga que las anteriores habría sido suficiente y, por tanto, habría quedado redonda. Pero, bueno, nos han querido sacar la pasta y, al menos, nos han ofrecido una película de calidad, no como otras adaptaciones de novelas que han sacado últimamente como, por ejemplo, Divergente. Sí, es lenta, pero se dedica a ahondar en Katniss, en cómo se siente, en cómo la llevan al límite de una manera completamente nueva: Snow la ha convertido en el enemigo público número uno y la tortura a través de Peeta, el distrito 13 la está utilizando como si fuera un objeto, la situación de los distritos es límite...

También se toma su tiempo para explorar otros personajes más secundarios: desde Finnick echando de menos a Annie, hasta Prim convirtiéndose en médico poco a poco, pasando por la radicalización del pesado de Gale o la nueva labor de Effie.


Por cierto, todo un acierto que tengan a Effie en el distrito 13. Ese cambio con respecto a la novela me gustó muchísimo. Effie es un personaje más ligero, que ofrece ciertos toques de comedia y que en la película han aprovechado muy bien, siendo una de las pocas aliadas que Katniss tiene de verdad. Además, Effie es una diva hasta con los anodinos monos del anodino distrito 13 y eso siempre mola.

También me parece todo un acierto la parte de Peeta. Es increíble ver la evolución de Peeta a lo largo de la película, como va mostrándose más y más demacrado, más ido, hasta ese final tan épico como horroroso. Un diez para Josh Hutcherson, que está que se sale pese a las pocas escenas que tiene su personaje y al que estoy deseando ver en la siguiente parte.


Jennifer Lawrence también está maravillosa y tiene escenas que de verdad emocionan. Además, es que me parece una actriz a la que es muy fácil creer, que refleja muy bien lo que siente su personaje. El dolor de Katniss ante las tragedias que se ve obligada a vivir, su desesperación al creer a su hermana perdida durante el bombardeo, el anhelo que siente cada vez que ve los anuncios de Peeta... Vamos, que no tengo más palabras para Jennifer, salvo que es una actriz maravillosa y al Katniss Everdeen perfecta. Ella solita lleva el peso de la película sin despeinarse, aunque los secundarios también estén a la altura.

En Sinsajo tenemos varias incorporaciones. Curiosamente, la que más ruido mediático hizo fue la de Natalie Dormer, que físicamente choca mucho porque no puede estar más diferente a su Margaery Tyrell de Juego de tronos, pero que, honestamente, tampoco es que haga demasiado. Es más una comparsa que sigue a Katniss, que otra cosa. Mucho más destacable es Julianne Moore como Coin, la presidenta del distrito 13, que resulta perturbadora, fría e inquietante, algo que hace mucha justicia al personaje del libro.

Como película es cierto que le sobra metraje, pero tampoco resulta aburrida. No llega al nivel de entretenimiento de En llamas, que me pareció estupenda, pero se deja ver muy bien. Hay ciertos detalles que no terminaron de convencerme, como el que doblaran la canción que canta Katniss y de forma tan cutre; también me habría gustado que le hubieran sacado más partido a la declaración de Finnick y que, ya puestos a alargar la película, hubieran añadido escenas del Capitolio, más allá de los breves apuntes sobre Snow. No sé, eso me habría parecido más interesante que los ataques hormonales de Gale, que es muy pesado con el "Katniss, no me quieres y no respiro". Arg, en serio, es que no puedo con ese tío, qué plasta es.


Lo mejor de Sinsajo es precisamente el punto donde dejan la historia. Yo ya sabía lo que iba a pasar (y mi amiga Leyre estaba convencida de que lo iban a dejar ahí), pero imagino que para aquellos que no han leído el libro tiene que ser un sillazo en la cara de impresión.

Estoy deseando ver la segunda parte de Sinsajo, ver cómo continúan con la historia y, sobre todo, el trabajo de Josh Hutcherson, que promete muchísimo. También tengo curiosidad por saber qué van a hacer con los demás (en especial, tengo ganas de ver a Johanna, que la he echado de menos en esta película), si van a hacer cambios y, sobre todo, si ese rumor sobre Finnick es verdad.

7'5/10

PD: Ojalá el rumor sobre Finnick sea verdad, ojalá.

lunes, 24 de noviembre de 2014

Tres habitaciones y un cadáver

Una de las (múltiples) sagas que estoy siguiendo ahora mismo es la de Aurora "Roe" Teagardan y por fin he podido leer su tercera parte, Tres habitaciones y un cadáver, que, además, me habían chivado que era mejor que las anteriores. Y, la verdad, así ha sido.

En esta tercera novela, Roe ha dejado su puesto de bibliotecaria porque, gracias a una herencia, puede vivir de forma más desahogada. Sin embargo, necesita algo con lo que mantenerse ocupada, así que ha decidido darle una oportunidad a trabajar como vendedora de inmuebles, ya que su madre es la propietaria de una de las inmobiliarias más importantes de la ciudad? Mientras se prepara para el trabajo, tiene que hacerle un favor a su madre y acaba enseñando una casa a unos clientes. Lo que Roe no sabe es que en el dormitorio está el cadáver de otra vendedora, Tonia Lee Greenhouse.

Roe acaba implicándose en la investigación del asesinato de Tonia, que acaba complicándose pues parece que alguien está empeñado en matar a los vendedores inmobiliarios de Lawrenceton, alguien que tiene acceso a las casas en venta.

Por si fuera poco, la vida personal de Roe se vuelve a complicar cuando conoce a los clientes a los que debe enseñar la casa: son hermano y hermana y Roe no puede evitar sentirse terriblemente atraída hacia él, Martin Bartell, un hombre de negocios con un pasado oscuro... que también se siente atraído por Roe, quien sigue saliendo con el reverendo, Aubrey.

Esta tercera novela de Roe, Tres habitaciones y un cadáver, es diferente a la anterior. Si en La paciencia de los huesos primaba sobre todo la cotidianeidad de Roe, en esta aventura la investigación gana más importancia. Seguimos asistiendo al día a día de Roe, pero el caso al que se enfrenta es mucho más complicado y tiene mayor importancia, sobre todo porque las muertes no dejan de sucederse y, por tanto, las pesquisas de Roe. Además, éstas son más interesantes porque conoce a todos los sospechosos, lo que añade cierta tensión a la investigación.

El caso en sí me ha gustado mucho y también su resolución. Hasta el momento me ha parecido el mejor planteado y me ha gustado mucho cómo lo ha llevado Charlaine Harris: interesante, ameno, con giros... Desde luego, muchísimo mejor que el caso de la calavera de La paciencia de los huesos.

En lo que respecta a la vida personal de Roe, también ha mejorado muchísimo con respecto a la novela anterior. El reverendo era un coñazo de pretendiente, todavía peor que Arthur, que tampoco me gustó mucho. Sin embargo, en Tres habitaciones y un cadáver la autora ha introducido a Martin Bartell y ha sido toda una mejoría. Martin tiene un pasado oscuro, es un hombre que puede resultar peligroso y que se comporta de forma muy distinta a otros personajes que han aparecido en la saga. Es una apuesta arriesgada, pero funciona muy bien con Roe y, por eso, les perdono ese flechazo a primera vista que tienen los personajes. Hubiera preferido algo más de flirteo, que se desarrollara mejor la historia, pero Martin es un pretendiente mucho más complejo e interesante. Me gustaría que en los futuros libros se desarrolle más su pasado.

Además, y es algo que me está gustando mucho de la saga, nos hemos reencontrado con personajes de Lawrenceton que siempre está ahí: la madre de Roe, su padrastro, su mejor amiga... Me parece que está muy logrado ese detalle, da la sensación de que Lawrenceton es real. Eso sí, sigo echando de menos a Robin Crusoe, que en la primera novela me moló bastante, aunque sí que hay alguna referencia hacia él.

Finalmente, quiero señalar la evolución de Roe. Roe es un personaje fantástico, es muy fácil conectar con ella y cae estupendamente. Lo ha sido desde el principio, pero poco a poco va cambiando. Es más segura, se deja llevar más y se guía más por impulsos, lo que hace que sea más valiente, que se arriesgue y que resulte más entretenida como detective por accidente. También se ha desenvuelto mucho mejor con los hombres de su vida y, como ya he dicho, hace buena pareja con Martin.

Tres habitaciones y un cadáver es un libro que se lee en un suspiro, de lo más ameno y con una protagonista a la que es muy fácil adorar y que, además, tiene un misterio más emocionante que los anteriores. Ahora mismo tengo mucha curiosidad por leer el cuarto y ver si sigue yendo a mejor o no.

El próximo lunes literario estará dedicado a... Live de Javier Ruescas.

viernes, 21 de noviembre de 2014

El universo de Shield se expande

Si había un estreno al que le tenía ganas, ese era Agents of Shield. Empezó siendo un procedimental ambientado en el universo Marvel bastante flojo, pero poco a poco fue mejorando hasta que cruzó su camino con Capitán América: Soldado de invierno y entonces eso empezó a molar cosa mala. Además, dejaron unos cuantos cabos sueltos de cara a su segunda temporada, que pintaban estupendamente.

La segunda temporada ya ha llegado y no puedo más que quitarme el sombrero ante los guionistas de Agents of Shield pues han mejorado aún más y nos han dado ocho episodios que han tenido de todo. Y a partir de aquí, obviamente, hay spoilers de esos ocho episodios.

Si algo no se les puede criticar es que se tomen las cosas con calma, pues desde su regreso no han abandonado ninguna trama, ni ningún aspecto de la serie. Hemos tenido humor (esa misión con Coulson y May infiltrados fue graciosísima), acción, misiones locas de todo tipo y no se han olvidado ni de las evoluciones de los personajes, ni de las relaciones entre ellos, ni de las tramas a largo plazo que han ido sembrando. Todo eso, mientras iban complicando a los personajes y dotándoles de más capas, incluso a los que eran más blancos y más sosos.


Así, nos pusieron a Simmons como infiltrada en Hydra y, una vez ha vuelto al equipo, lo ha hecho siendo más dura, algo lógico tras lo ocurrido al final de la primera temporada. Fue increíble ver su frialdad al reencontrarse con Ward, también su reacción ante el prisionero de Hydra; lo fue porque Simmons era una niña sonriente al principio, pero su evolución ha sido muy lógica y ha molado ver esa otra cara de ella.

Al igual que lo ha sido la de Skye, que también se ha endurecido y se ha convertido en un agente de campo. Y, eh, eso mola mucho.

También me ha gustado la historia de Fitz, ya que nos la han dado en su justa medida. Era muy, muy fácil el que se convirtiera en una trama muy pesada, ya que ese Fitz con secuelas que martirizaba a Simmons podía haber sido muy irritante, pero están sabiendo dosificar tanto sus avances (en el último episodio ha sido capaz de actuar él solo) como la relación con Simmons, más complicada que nunca. Está muy bien que tengan ese problema de que ambos ven en el otro al que era, sin ser demasiado conscientes de que han cambiado mucho y, por eso, necesitan a Mack de intermediario.

Aunque si alguien se lleva la palma en haber cambiado es Ward. En su día dije que tenían que hacer algo con él pues era lo peor de la serie y joder sí lo han hecho. El perfecto agente Ward era un soso, pero el Grant Ward que tenemos ahora es todo lo contrario, siendo uno de los personajes más interesantes, por no decir el que más.

Yo echo de menos sus pintas de prisionero, con la barba y el pelo más largo. Estaba tan guapo.

Quizás el equipo de Shield se ha endurecido, quizás no conocemos todos los planes de Coulson, pero sabemos que son los buenos y que van a hacer el bien. Sin embargo, Ward se ha convertido en el personaje de moralidad gris, ese hombre que no es un villano, pero tampoco uno de los buenos y que puede hacer cualquier cosa. Es tan impredecible que ni siquiera sé qué pensar respecto a lo que ha ocurrido con su hermano: ¿lo ha matado de verdad o sólo ha fingido su muerte para sacarlo del tablero de juego? Lo dicho: cualquier cosa.

Lo único que tenemos claro es su lealtad hacia Skye y, de paso, hacia Coulson y cia. Desde que la temporada ha comenzado, Ward ha sido completamente sincero con Skye, buscando una forma de volver a conectar con ella. Es lo único que tengo claro ahora mismo respecto a Ward y eso me mola. En parte porque yo sigo shippeando a Ward y a Skye y en parte porque me resultan muy interesante esos personajes complejos de moralidad dudosa que te pueden salir por cualquier lado.

Y, por suerte, estamos teniendo muchos de esos.

Porque el universo de Shield se está expandiendo poco a poco y empezamos a tener una muy buena galería de personajes secundarios, que van dando continuidad a las tramas a largo plazo. El general Talbot (sacado de los cómics de Hulk, por cierto) puede ser irritante, pero su posición es interesante y nos recuerda que los chicos de Shield ahora mismo son forajidos; el doctor Whitehall es el claro villano de la temporada, un doctor nazi de lo más inquietante que ha demostrado tener relaciones de lo más prometedoras (le hemos visto con Peggy Carter y también con la madre de Skye); el padre de Skye da tanto miedito como mola y parece otro personaje de moralidad gris; el hermano de Ward es tan inquietante que no sabes a qué carta quedarte con él...


Y, finalmente, hemos tenido varias incorporaciones en las filas de Shield. Mack, de momento, está ejerciendo de árbitro entre los FitzSimmons y de voz de la razón al cuestionarse en voz alta ciertas cosas. Son Hunter y Bobbi los que de verdad se han ganado un hueco en mi corazón: el mercenario que acaba siendo parte del equipo y la espía que patea culos con tanta facilidad que rompe a un miembro de Hydra en un mero interrogatorio.

Bobbi es un personaje de los cómics, de hecho yo la conocía de éstos, donde es la esposa de Ojo de halcón. Pero los guionistas han sabido darle un toque único y Adrianne Palicki está estupenda como Bobbi y desde que aparece mola mucho y tiene muy buena química con Nick Blood, que interpreta a Hunter. De hecho, fue un giro muy chulo el saber que la famosa ex diabólica de Hunter era Bobbi. Me está gustando mucho la relación entre estos dos. Espero que tengamos a Bobbi mucho tiempo en la serie porque la tía lo vale y nunca está de más tener a otra chica que patea culos tan bien.


Que, por cierto, están teniendo unas elecciones de casting de lo más acertadas. Además, están apostando por actores conocidos: Adrianne Palicki, Tim DeKay, Kyle MacLahclan, Dichen Lachman... Vamos, que se están currando absolutamente todo.

En especial, las tramas a largo plazo.

Si la historia de Ward ha sido interesante, sobre todo con la incursión de su inquietante hermano (me resulta rarísimo ver a Tim DeKay en pantalla y no fiarme de él), también lo está siendo la batalla contra Hydra y las maquinaciones de Whitehall. De hecho, esa reunión a tres bandas en The things we bury pinta estupendamente. Tres personajes que no pueden ser más diferentes, cada uno con sus propios planes y todos relacionados sin que entre ellos mismos lo sepan.

Ha sido un giro espectacular el saber que si Whitehall es joven es porque masacró a una mujer que fue capaz de tocar el Obelisco sin morir y que ella resulte ser la madre de Skye y, por tanto, esposa del personaje de Kyle MacLachlan que no tiene nombre de momento. En varias páginas le llaman The Doctor, pero es que yo me acuerdo de Doctor Who y prefiero no mezclar cosas, llamadme rara.


También hemos avanzado con la trama de Coulson. Yo creía que se iban a tomar su tiempo, pues hasta ahora nos habían ido dando avances con cuentagotas, pero en ocho episodios ya hemos dejado atrás el que estuviera volviéndose loco y también el misterio de qué era lo que dibujaban: una ciudad.

Ya entrando en el terreno de la teoría, yo creo que tanto la trama de la ciudad como la del padre de Skye están conectadas. Desde la temporada pasada creo que Skye es una Inhumana y cada día estoy más segura de ello, sobre todo desde que se anunció que en la Fase 3 Marvel iba a sacar una película sobre Los Inhumanos.

La cuestión es Los Inhumanos no es un grupo que conozca en exceso, más allá de la temporada en que Crystal estuvo en Los vengadores, siendo la esposa de Pietro Maximoff (alias Mercurio). Pero sí que sé cosas sobre ellos y, por eso, estoy convencida de que tanto Skye como sus padres son Inhumanos. ¿Y por qué?

1. El ser azul que encuentran y de donde proviene la droga que cura a Garrett, Coulson y Skye es un Kree. En Marvel lo han confirmado. Pues bien, a los dos primeros la droga les afecta, volviéndoles locos, pero a Skye no. Entonces, con eso en mente, he de decir que los Inhumanos son una especie genéticamente superior a los seres humanos, creados por... ¡Sí, los Kree! Por cierto, si no sabéis qué son los Kree, son esos extraterrestres azules que, por ejemplo, salen en Guardianes de la galaxia. Eso explicaría el que a Skye no le afecte la droga y que su madre no se vea afectada por el Obelisco.

Captura del ser azul que vimos en la primera temporada.

 Ronan, el conquistador, el malo de Guardianes de la galaxia que es Kree.

2. Los Inhumanos viven en Attilan, que es una ciudad escondida, donde pueden vivir ocultos de los seres humanos. Yo creo que la ciudad que está buscando Coulson es Attilan.

3. En los cómics, Attilan cambia de localización y una de ella es el Himalaya que, si recordamos, es donde encuentran a Skye siendo un bebé. Luego, si no me falla la memoria, la ciudad acaba metida en una botella. Es que en Marvel al final todo acaba siendo una paranoia. Qué le vamos a hacer.

 Una imagen de Attilan en los cómics.

El plano que tienen Coulson y cia ahora mismo.

La cuestión es que todo para mí tiene mucho sentido. Hasta ahora yo creía que Skye y sus padres eran Inhumanos normales y corrientes, es decir, que no eran de la familia real, que son los personajes de los cómics, que tienen superpoderes (y que, imagino, serán los protagonistas de la película). Sin embargo, dada la importancia que le están dando al verdadero nombre de Skye, no sé si será algún personaje conocido.

La verdad es que Agents of Shield es muy divertida en el tema teorizar, además de que está resultando de lo más entretenida. Por eso, me sabe fatal que tenga poca audiencia, porque ha sabido remontar y sigue mejorando.

Espero que se animen a escuchar a los actores que se han ofrecido a aparecer en la serie, pues tanto Robert Downey Jr. como Jeremy Renner y Chris Pratt han comentado en entrevistas que les encantaría aparecer en Agents of Shield, algo que ya hizo Tom Hiddleston en su día. En serio, que traigan a algún actor de las películas porque la reunión molaría un huevo y seguro que consiguen más audiencia. A ver si hacen algún crossover con la segunda película de Los vengadores, como ya hicieron con Thor: El mundo oscuro y Capitán América: Soldado de invierno.

Ay, qué largo se me va a hacer el parón de una semana que tenemos por delante. Hasta entonces, podemos teorizar, ¿qué creéis de la ciudad, los padres de Skye y la muerte de Christian Ward?

jueves, 20 de noviembre de 2014

Mis cinco crossovers deseados (y locos)

Yo creo que todos alguna vez hemos pensado en cruzar dos de nuestras series favoritas, vamos, inventar nuestros propios crossovers. Al menos yo lo hago. Incluso los actores lo hacen o, si no, leed algunas cuentas de tuiter como, por ejemplo, Chloe Bennet y Emily Bett Rickards, que son fantabulosas las dos. Bueno, que me enrollo, la cuestión es que a mí a veces se me ocurren crossovers muy, muy locos y he decidido compartir mis paranoias con vosotros.

The good wife y Suits


Vale, este no es especialmente loco, así que va el primero, pero me encantaría ver como Florrick, Agos and Lockhart se enfrenta en un juzgado o en sus despachos a Pearson/Specter. De hecho, es que tengo curiosidad por saber quién ganaría. En serio, si Diane y Jessica se enzarzan a ver quién es la más divina del lugar, yo no sé por quién votaría. Eso, por no decir que no estaría nada mal ver a los tres chulazos juntos, vamos, a Cary junto a Harvey y Mike...


Perdón, perdón, ya me recupero, es que esa imagen era demasiado fuerte para mí.

Bueno, la cuestión es que me gustaría ver quién ganaría el caso, si llegarían a un acuerdo o si todo daría una giro maestral y, no sé, aparece Elsbeth para patearles el culo a todos o algo así. Yo es que tengo la teoría de que Elsbeth Tascioni es la abogada definitiva, la Terminator del derecho y nadie puede ganarle. Nadie.

Además, si me paro a pensarlo, una escena entre Eli Gold y Louis Litt podría ser épica. Épica.

Sleepy Hollow y Supernatural


 En Sleepy Hollow Abby e Ichabod están intentando detener el Apocalipsis, así que: ¿qué mejor que cuenten con la ayuda de los Winchester, especialistas en el tema? Nuestros hermanos favoritos ya han superado un Apocalipsis y tienen un master en cargarse demonios, que para algo llevan diez temporadas enfrentándose a ellos, así que podrían echar una mano a Abby e Ichabod.

Además, ambas series no se toman demasiado en serio a sí mismas y tienen mucho sentido del humor, por lo que juntarlos podría ser tan loco como divertido. Yo ya visualizo a Dean vacilando a Ichabod, a los dos hermanos buscando una forma de ayudar a Irving, a la gente de Sleepy Hollow flipando al ver a Cas por ahí, a Crowley vacilándole a Moloch y ganándole la partida porque ningún demonio puede siquiera igualarse al gran Crowley. Eso es así.

Y, eh, pensad esto: Ichabod y Dean en el Impala. Impagable. No, en serio, yo quiero ver eso, sobre todo a esos dos juntos. Dean podría enseñarle tanto a Ichabod: el amor por el porno, las tartas... Se lo podría llevar a un karaoke.

Bones y The big bang theory


Este es muy loco, lo sé. Pero mucho. Lo que pasa es que yo siempre, siempre, me he preguntando qué ocurriría si Sheldon Cooper y Temperance Brennan se encontraran. Son tan parecidos y tan diferentes que creo que ocurriría como en los Inmortales y sólo podría quedar uno de los dos.

Ese uno sería Brennan, lo sabemos todos.

Pero sería guay ver si se llevan bien o si Brennan ofende a Sheldon, que la nombraría su nueva némesis, o si Brennan acabaría pateándole el culo a Sheldon, que es capaz, que es muy animalica. Además, con lo que es Brennan con respecto al sexo, seguro que Amy le encontraría alguna utilidad para seducir a Sheldon.

También me gustaría ver a Hodgins llevando a cabo alguno de sus locos experimentos con los otros chicos, mientras Angela y Penny están en plan "mi pareja es un friki, pero le quiero". Todo eso, claro está, mientras investigan algún asesinato loco y asqueroso, algo muy del estilo Bones... que haría que los chicos de The big bang theory se desmayen; bueno, no todos, dudo que Bernadette lo hiciera, que ella es muy chunga.

¿Soy la única que le encuentra muchísimo sentido?

Agents of Shield y Castle


En Castle es habitual que hagan episodios que juegan con algún tipo de frikez y que lo dejan un poco a la interpretación del espectador, mientras Castle apoya la teoría fantasiosa y Kate se adapta más a la realidad. Por eso, me parecería divertidísimo que en algún caso dieran con un alien o un artefacto de Hydra o lo que sea y que eso les llevara a hacer equipo con Coulson y cía.

Así, tendríamos a los chicos de Shield en plan tapadera, intentando ocultar que son espías y demás, mientras Castle apoya esa teoría y Kate todo lo contrario.

Podría dar muchísimo juego, lo sabéis bien. Además, ambas series son de la misma cadena y Nathan Fillion es un friki de cuidado y, de hecho, hay muchas fotos de los actores juntos. Vamos, que yo lo veo perfectamente. Lo veo. Un montón. Me imagino a Skye hackeando a los sospechosos y Castle flipando, a Esposito y May mirándose en plan chungo y retándose a ver quién es el más duro del lugar, a Jemma llevándose bien con Ryan (vale, no tengo ningún motivo real para creer eso, pero siempre he pensado que se entenderían, xDD), a Kate y Coulson haciendo un buen equipo.

Once upon a time y Thor


Admitámoslo, este caso es más que probable porque ambas son de Disney (que, recordemos, ya versionó la mitología griega en Hércules) y en Once upon a time cruzan mundos muy a lo loco también: el Bosque encantado, Camelot, Nuncajamás, Wonderland, Agrabah, ahora Arendalle... Vamos, es que hasta Charming comentó que podrían acabar en Asgard, así que muy descabellado no es. Que, vale, fue un guiño porque él interpretó a Fandral en la primera película, pero es que no es tan difícil que acabe apareciendo Asgard en la serie.

Eh, de hecho, quiero que veáis esta captura de un episodio de la tercera temporada:


¡Es el martillo de Thor!

Que, para variar, lo tiene Rumpel. Rumpel tiene todo, seguro que hasta tiene a Carmen Sandiego y por eso nunca jamás lograba encontrarla en el videojuego. Bueno, a lo que voy, que me molaría un montón ver a Rumpel y a Loki conspirando, mientras Thor se hace amigo de los Charming y, no sé, le dé alguna alegría a Regina, por ejemplo. Vale, eso es muy loco, pero la pobre Regina se merece un chulazo en condiciones y que venga sin dramas.

Y, sí, no deja de ser una excusa para ver a Tom Hiddleston actuando con Robert Carlyle, juzgadme todo lo que queráis, pero molaría mucho. Y, si no, ¡desmiéntemelo!

De hecho, ya puestos a mezclar, podrían estar por ahí Elsa, Anna y Kristoff, por eso de que Arendalle es como muy nórdico. Entre Thor y Elsa podrían crear la tormenta perfecta y se cagan los demás. Con esos dos, ni Snow Queen, ni leches en vinagre, vamos. Y, sí, estoy muy enamorada del Kristoff de Once, que para algo es Scott Michael Foster, así que le añado, aunque no tenga mucho sentido, que para algo es todo producto de mi imaginación.

Esos son mis cinco crossovers locos, ¿qué opináis de ellos? ¿Os molan? ¿Cuál veríais? ¿Cuál os imagináis vosotros? Cualquier chorrada que se os ocurra, pues a los comentarios ;)

lunes, 17 de noviembre de 2014

Hija de humo y hueso

Llevo dos semanas con un gripazo de impresión, así que no he tenido muchas ganas de actualizar, pero espero recuperar el ritmo habitual de publicación estos días. Durante estos días, mi gripe (a la que debería ponerle nombre, por eso de que lleva dos semanas conmigo y ya como que pega bautizarla) y yo hemos retomado Greek (culpad a Scott Michael Foster por ser tan mono allá donde va) y ya he re-visto la primera temporada, así que me tocan las temporadas que no he visto... y sufrir con Cappie y Casey.

Mmm, tengo que dedicarle una entrada a contaros las maravillas de Greek, que tendrá un par de años, pero mola mucho. Pero, de momento, toca la reseña de los lunes y, como os dije la semana pasada, hoy tratará sobre Hija de humo y hueso de Laini Taylor, así que vamos allá:

Karou tiene dos vidas: por un lado, es una talentosa estudiante de arte que llama la atención debido a su pelo azul y a las fantasiosas historias que acompañan a sus dibujos; por otro lado, dichas historias no son eso, sino verdades, pues se crió en una familia de quimeras y que se dedica a trabajar para Brimstone, el traficante de deseos, que la hace recoger dientes por todo el mundo. Karou no sabe cómo acabó en la tienda de Brimstone, ni qué hace su padre adoptivo, ni siquiera por qué se siente vacía.

Cuando las puertas de la tienda son marcadas por unas misteriosas manos, la acción se dispara y Karou se ve separada de su familia, así que ella se propone hacer lo que sea para volver a reunirse con ellos. Eso coincide con la aparición de Akiva, un serafín que no tarda en verse fascinado por la chica.

De nuevo una historia de ángeles y demonios, pero es bastante diferente a otras que he leído, aunque haya ciertos elementos comunes. La verdad es que me resultó una novela muy original. Disfruté muchísimo del mundo que propone la autora, Laini Taylor, y eso que en esta primera entrega la información la va dando a cuenta gotas, manteniendo durante la mayor parte del mismo varias preguntas que me volvían tan loca como a nuestra protagonista: ¿qué hacía Brimstone con los dientes? ¿A qué venían las reglas de Brimstone? ¿Qué ocultaba el pasado de Karou?

Por eso, Hija de humo y hueso se lee con mucha facilidad, ya que estás deseando saber qué pasa y acabas enganchada perdida. Además, aunque al principio tiene algunas partes un poco lentas, la novela tiene muy buen ritmo.

También tiene una buena protagonista.

Karou es la protagonista indiscutible de la novela, aunque Akiva también tenga importancia y vaya ganando peso a lo largo de la historia. Karou es una chica de diecisiete años que vive en Praga, estudia arte y tiene una mejor amiga con la que no puede ser tan sincera como le gustaría. También es una chica que no tiene ni idea de su pasado, más allá de que fue criada por cuatro quimeras a las que adora y que se niegan a responder a sus preguntas. Con todo eso, Karou podría ser una amargada o una pesada, pero no es nada de eso: es divertida, luchadora, curiosa y tiene muy claro el amor de su familia, a pesar de su silencio. También es decidida, alguien que no duda en ponerse en marcha cuando la situación lo requiere y que no se detiene ante nada.

No obstante, Karou no es perfecta, tiene sus defectos, lo que únicamente contribuye a que resulte más humana. Personalmente me gustó que tuviera malicia, que sea capaz de usar sus deseos para fastidiar al pesado de su ex novio o a la chica con el que éste le engañó. Y me gustó mucho como a lo largo de la historia, Karou va afrontando las cosas que le van sucediendo.

Por su parte, Akiva al principio no me emocionó demasiado, me pareció demasiado serio y tirando a soso. Sin embargo, una vez empieza a aparecer más y, sobre todo, lees su historia, la opinión que se pueda tener de él cambia. Que menuda historia tiene el muchacho, por cierto.

La historia de amor está muy bien planteada y es una de las mejor construidas que he leído en una novela de fantasía. Y, pese a no ser una explosión de química, me gustó la interacción de los dos personajes y su historia en general, en la que no voy a entrar porque no quiero empezar a soltar spoilers a mansalva.

El resto de personajes, por su parte, cumple perfectamente y son inolvidables: desde Zuzana, la mejor amiga de Karou, hasta Brimstone, el padre adoptivo también conocido como Traficante de deseos, son de lo más entrañables y molaron mucho.

Al igual que mola mucho la ambientación, el mundo que la autora propone. Laini Taylor basa su historia en algo tan manido como la guerra entre ángeles y demonios, que en este caso son las quimeras, pero le da su propio toque y queda muy original. En esta primera entrega, Hija de humo y hueso, sólo da ciertas pinceladas a la guerra, al mundo de las quimeras y la sociedad de los serafines, pero es muy interesante y estoy deseando leer más sobre todo eso en la siguiente novela. Me gustó mucho como plantea el conflicto, como tanto los serafines como las quimeras creen tener sus motivos para luchar, sobre todo porque se ve lo absurdo de un conflicto así, en el que ni siquiera sus soldados están seguros de por qué luchan o cómo se inició todo.

Todo ello con una pluma que me gustó muchísimo. Laini Taylor tiene un estilo muy, muy bonito, incluso elegante, que se adapta muy bien al tono de la novela y a los protagonistas que tiene. Hija de humo y hueso está narrada en tercera persona, siguiendo los puntos de vista de Karou y Akiva y tiene pasajes realmente preciosos.

Hija de humo y hueso es una novela muy original, que te atrapa desde el principio y que está protagonizada por una estupenda galería de personajes. Terriblemente entretenida, la novela termina por todo lo alto y sólo puedes desear leer su continuación para saber qué va a ocurrir.

El próximo lunes literario estará dedicado a... Tres habitaciones y un cadáver de Charlaine Harris.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

La apacible irregularidad de Velvet

Hace ya cuatro semanas que Velvet volvió con su segunda temporada y, la verdad, es como si nunca se hubieran marchado, pues nada ha cambiado. Sí, el triángulo amoroso ha digievolucionado a cuarteto con la incursión del perfectísimo piloto interpretado por Peter Vives, que está llamado a ser el pagafantas más buenorro de la historia, pero en realidad todo sigue igual.

De hecho, Velvet hace tiempo que se instaló en esa rutina amable, donde apenas pasa nada para dar vueltas a las parejas de siempre con los conflictos de siempre. ¿Eso es malo? No necesariamente.

El problema que sigue teniendo Velvet es lo sumamente irregular que es, como si fueran dos series distintas al mismo tiempo y sólo una funcionase de verdad. Velvet se ha apalancado en esa fórmula y, si no fuera porque la veo en directo, rebobinaría unas partes para disfrutar de las otras. Está claro que los guionistas no piensan cambiar de opinión, pues siguen apostando por ese drama romántico que, por más que quieran, no funciona, ni emociona, ni nada.


Ni siquiera intentan redimir un poco a esa horrible pareja protagonista, que sigue como se fueron: sosos a rabiar. Ana ha salido, de momento, algo más beneficiada, pues su actitud es mucho más comprensible ahora: desea olvidar a Alberto, iniciar una nueva vida y Carlos parece el candidato perfecto para lograrlo.

Otra cosa es que Carlos no es precisamente un buen fichaje, al menos de momento, pues su personaje no puede ser más plano y Peter Vives tiene con Paula Echevarría la misma química que tendrían dos alcachofas. Lo que viene a sucederle siempre a esta muchacha, para qué mentir. Sin embargo, el señor Vives está monísimo con su uniforme de piloto y su sonrisa de Ken perfecto. Habrá que ver si tanta perfección es cierta o no, algo que me imagino que sí que será así, pues Velvet es una serie tan blanca que, en realidad, es transparente, sin trampa ni cartón. Pero, vamos, que, al menos, aunque no emocionen, ni me gusten, ni nada, al menos no molestan.

No así Alberto, el personaje más odioso de la serie y al que más ganas dan de abofetearle a ver si crece de una vez. Como bien señala el personaje de Juana Acosta en el cuarto episodio, él se ha labrado su propio destino, algo que debería asumir en vez de llorar por las esquinas. Porque el discurso victimista de este hombre no hay quien lo compre: el universo no confabula contra él, es que es la persona más imbécil e inútil del mundo. ¿Qué Enrique le está puteando en la empresa? Cierto, pero fue él quien le sirvió las galerías en bandeja de plata, al igual que fue él quien se casó con Cristina.


Por cierto, la pobre Cristina cada día me da más pena. La muchacha es una pazguata ilusa que no ve la realidad de su esposo, pero es todo corazón y leal a un Alberto que no se la merece. En cuanto Raúl le abre los ojos sobre su hermano, la reacción instintiva de Cristina es ir a advertir a su marido y, luego, se las apaña para solucionar en cero coma la situación y, oye, sin llorar por las esquinas, maldecir o pasarse la noche en la oficina de puro ataque de huevitis.

Me toca mucho las narices el continuo desprecio de Alberto hacia Cristina, sus malas contestaciones y como paga con ella absolutamente todo. Es hasta violento de ver lo sumamente desagradable que es con Cristina, cuando ella no ha hecho nada. Sí, le ha costado abrir los ojos hacia su hermano; también se calló lo de Raúl durante la luna de miel, pero eso no es nada si tenemos en cuenta la estafa planeada por Alberto y Ana de hacerle creer que él se iba a casar, cuando sólo querían conseguir el dinero de la familia Otegui. Pero, oye, que él se ofende como si Cristina fuera el mal encarnado.

Qué horror de personaje. En serio.

Mucho más interesante es su hermana Patricia, el único personaje que, hasta ahora, se ha librado de estar atado a una historia amorosa. Sí, mantiene una aventura con Enrique, pero a Patricia no la mueve el amor ni la pasión, sino el demostrar que es independiente y capaz, algo que lo hizo de sobra al conseguir el cuarenta por ciento de la empresa.


Patricia ha sido la única que ha dado algún golpe de efecto que otro y, la verdad, me resulta muy estimulante su nueva posición en la empresa. Si ya demostró que podía ser una gran vendedora, además de un personaje que no formaba equipo con nadie y que su lealtad era únicamente para sí misma, ahora la tenemos como factor impredecible en la dirección de las galerías. Espero que la junten con Raúl de la Riva, porque Raúl es grande y podrían dar muy buenos momentos juntos.

Tampoco me importaría que fuera ella quien se hiciera con las riendas de las galerías. Lo dudo mucho, pues la incorporación de la madre de Alberto seguro que trae, junto al encargo de los uniformes de las azafatas, que éste recupere el control. Pero, bueno, que por imaginar, no quede.

De la historia de doña Blanca y Max no voy a hablar porque me aburre, aunque sí que me alegra que a ella le hayan dado esa rivalidad tan simpática con la madre de Alberto. Las escenas distendidas funcionan muy bien en Velvet, les queda muy bien ser simpáticos, como bien demuestra esa escena en la que don Emilio riñe a las dos como un maestro a dos niñas. Espero que con la incursión de la madre en las galerías, como segunda jefa de taller, le den más cancha a estos tres personajes, que hasta ahora han tenido muy poco papel y servido más de contrapunto de otros personajes que otra cosa.


Algo que, poco a poco, están haciendo con Luisa, a la que no sólo le han aliviado el luto, sino que le han dado una trama mucho más alegre. Ha molado mucho verla en la radio, disfrutando con la canción y ganando, además. Imagino que el primo de Pedro que llega el próximo episodio (el adorable Llorenç González) vendrá para enamorarla, de lo que no me voy a quejar, porque la pobre Luisa bastante ha penado ya.

Y, a todo esto, Velvet sigue dando lo mejor de sí misma con los mismos cuatro personajes de siempre: Rita, Pedro, Clara y Mateo. Son los personajes más graciosos y sus actores son los que suelen adueñarse de los episodios y las escenas: el tercer capítulo fue el de Mateo, con un Javier Rey todavía más sembrado de lo habitual, al igual que el primero fue el de Pedro con su regreso de Alemania.

Los cuatro están dando auténticos momentazos en todos los episodios. Además, los guionistas están sacando partido al hecho de que Rita y Clara son hermanas, ya que además de darnos escenas de ellas ejerciéndolo (estupenda en la que Clara intenta introducir a Rita en el mundo del sexo), también nos han empezado a dar escenas de Rita con Mateo, lo que es muy guay. Ha sido muy gracioso ver a Mateo dando clases a Luisa por orden de Clara, también el que las haya acompañado a la radio; todo ello mientras sigue con su particular tira y afloja con Clara con demasiada experiencia, que está en su mejor momento al estar ambos igualados al fin.


Hasta la historia de Pedro y Rita, pese a lo desesperante que es, es graciosa. Cada vez que a Pedro le entran esos ataques surrealistas de inventarse cosas con su ex, yo me río tanto como que quiero matarlo. En serio, Pedro, what's wrong with you? Sólo espero que en el siguiente episodio, sea capaz de hablar con Rita de verdad, no con esas paranoias que le asaltan últimamente. Porque Rita no se merece caer en las redes de Adolfo, que menudo fiasco a resultado ser, el muy capullo.

Pero, vamos, que sus idas y venidas son de lo mejorcito de Velvet, como siempre, y la razón por la que sigo viendo la serie religiosamente. Además de porque Raúl de la Riva está de vuelta, ¡qué ganas de verlo en acción, en serio!

lunes, 10 de noviembre de 2014

Mi espectacular ahora

Hoy os traigo la reseña de un libro que me decepcionó muy, mucho. El argumento (que aparece en la contraportada) me llamó bastante la atención, también la portada y la editorial que lo ha traído a España, Alfaguara, pero, al final, Mi espectacular ahora ha sido uno de los libros que me ha dejado más indiferente durante este año. Y, eh, ya estamos a noviembre y he leído unos cuantos.

¿Y de qué trata Mi espectacular ahora?

Sutter Keely vive aferrado a su 7up mezclado con whisky y va de una fiesta en otra sin que le importe nada más, salvo su amigo Ricky, con quien filosofea en sus ratos libres, y su novia Cassidy, que le vuelve loco. Sin embargo, tras el milésimo desplante y una pequeña confusión que sólo deja claro que Sutter jamás le dará a Cassidy lo que necesita, ésta le deja.

Entre el corazón roto, que Ricky se ha echado novia y empieza a centrarse, Sutter se encuentra solo. Por eso, cuando amanece en el jardín de Aimee y la conoce, decide adoptarla como un proyecto humanitario: quiere volverla más normal, que encaje en el instituto y deje atrás ciertos problemas que acarrea.

Mi espectacular ahora está narrado en primera persona por su protagonista, Sutter Keely, Sutterman, el borracho consentido de Dios o como queráis llamarlo (o quiera llamarse él, que a veces habla de él mismo en tercera persona). Eso hace que resulte un libro de lo más irregular, donde había capítulos bastante entretenidos, pero que iban intercalados por las idas de olla de Sutter y sus rollos filosóficos que aburrían bastante. De hecho, era un libro que terminé más por cabezonería que por otra cosa y que no me costaba nada dejar de leer.

El otro problema es que Sutter es gilipollas.

Sí, tiene buen fondo y también buenas intenciones, pero no deja de ser un alcohólico egoísta que destroza todo lo que toca, además de un hipócrita. A Sutter se la pela todo, salvo sí mismo: nunca, jamás, tiene en consideración los sentimientos de los demás o por qué hacen lo que hacen, sólo le importa él mismo, lo que provoca que vaya haciendo bastante el ridículo por la vida y que sea bastante normal que lo acaben mandando a la porra de un modo u otro. Tampoco es que eso le cause algún problema, pues a lo largo de toda la novela Sutter no evoluciona ni un poco, por mucho que se coma la cabeza o se choque de bruces con la realidad, lo que fue algo que no me gustó en absoluto.

Al igual que tampoco me gustó la supuesta historia de amor. Digo "supuesta" porque yo en ningún momento vi que Sutter sintiera algo por Aimee, más allá del cariño que se le coge a una mascota que te hace compañía cuando nadie más lo hace. Vamos, que si Ricky y Cassidy no le hubieran dejado de lado en cierta manera, Sutter no se molestaría con Aimee lo más mínimo.

La cuestión es que Aimee, cuando empieza la novela es una chica dulce, que tiene muy claros sus sueños, es responsable y friki, pero Sutter la cambia en cero coma. Aparte de que el hecho de que Aimee modifique su personalidad por Sutter me resulta horrible, sobre todo porque lo hace con facilidad y a peor, me resulta un tanto hipócrita por parte de Sutter, que se jacta de aceptar lo raro. Sí que es cierto que, en ciertos aspectos, sólo desea ayudarla: no quiere que nadie la pisotee, lo que está bien... hasta que te das cuenta de que es él quien la está pisoteando, por irónico que resulte.

De hecho, una vez leída la novela, el único personaje que salvaría es a Cassidy. A diferencia del resto del elenco, me pareció real, natural, nada forzada. Además, de que fue la única que me cayó bien: sí, está confusa, pero también es alguien que intenta hacer las cosas bien y la única que le pone las cosas claras a Sutter, al ser la que ve claramente lo que está ocurriendo.

Es curioso como, en general, Tim Tharp toca distintos temas tópicos del género teen (la presión social, el enfrentarse al futuro, las situaciones familiares complejas...) sin demasiada sensibilidad, pero sí que emplea una prosa muy bonita. La narración es lo mejor de la novela, es muy cuidada y Tim Tharp tiene un estilo bonito sin resultar cursi o cargante, salvo cuando da pábulo a las idas de olla filosóficas de su protagonista pasado de rosca, que son siempre las mismas.

Hasta aquí, digamos que Mi espectacular ahora es una novela que se deja leer, aunque es tan irregular que es más floja que otra cosa. No obstante, luego llegas al final y dan ganas de estamparle el libro a Tim Tharp en la novela. No sólo el protagonista no evoluciona ni un mísero ápice, ni que la historia no tenga una trama trepidante o algún rastro de originalidad, sino que va y Tim Tharp escribe un final más abierto imposible. A mí me dio la sensación de que llegó a ese momento, no sabía qué más escribir y cortó por lo sano. ¿Qué clase de broma es el final de Mi espectacular ahora? No sé, tras todas esas páginas leyendo las paranoias de Sutter, tras que descubriera ciertas cosas y comprendiera otras, me habría gustado que le hubiera dado cierta conclusión a su historia, no dejarlo tan, tan abierto.

Como ya he dicho al principio, Mi espectacular ahora fue una decepción: no resultó aburrido, pero sí irregular y no le ayuda nada ni los personajes artificiales, ni esa broma de final abierto que se casca el autor. ¿Sinceramente? No lo recomiendo. Hay muchos libros mejores en los que sí merece la pena invertir nuestro tiempo.

El próximo lunes literario estará dedicado a... Hija de humo y hueso de Laini Taylor.

jueves, 6 de noviembre de 2014

Hasta siempre, Trini

Ayer se terminó Vive cantando y, aunque no he podido seguir con las crónicas por cuestión de tiempo, sí que quiero dedicarle una entrada porque es una serie a la que le tengo mucho cariño.

La verdad era que, visto como se estaban desarrollando las cosas, tenía miedo de que todo se quedara colgando, pero no. Por suerte, el final ha sido bastante cerrado. Sí, han dejado algún fleco que otro colgando y, desde luego, me habría gustado ver ciertas cosas, pero ha sido un final a la altura y que ha dejado buen sabor de boca, algo de agradecer dado que el último tramo ha sido más amargo que dulce.
   
Y es que los últimos episodios de Vive cantando han explotado una de las cosas que menos me han gustado de la serie: la carta blanca para juzgar e insultar tanto a Trini como a Jeco, mis dos personajes favoritos. Era curioso, pues prácticamente la mayoría de personajes no dudaba en atacar a Trini con dureza y en llamar tonto o poner en tela de juicio el criterio de Jeco, lo que no dejaba de ser injusto dado que la primera era mucho más generosa y bondadosa que sus detractores (Paula y Juanjo no eran nadie para juzgarla así), mientras que Jeco había madurado mucho desde que se había convertido en padre.


Era algo que tocaba mucho la moral, sobre todo cuando ningún personaje era perfecto ni podía dar lecciones a los dos susodichos.

De hecho, esa ha sido siempre la gracia de Vive cantando: todos los personajes se equivocaban, sí, pero también era muy sencillo comprender su equivocación, sentirse identificado. El problema es que en este último tramo no han estado demasiado acertados en ese tema en algunos casos. Sí que era comprensible el que Mariano mintiera, al igual que la (loca) decisión laboral de Asun que tan buenos momentos dio, incluso el flirteo de Paula o la estupidez en la que cae un Carlos al que le habían dado por todos los lados.

Sin embargo, el triángulo amoroso que se sacaron de la manga no estaba tan bien armado. Todos los demás, eran bastante coherentes, sus motivaciones eran claras: Mariano temía decepcionar a su mujer, Asun encontró una forma de recuperar su preciado estatus, Paula se vio siendo adorada por un hombre atractivo y Carlos optó por la vía fácil. Sí, se equivocaron, tú veías que la cagaban, pero era muy humano por su parte.


Al igual que lo resultaba la renuencia de Trini a no contar la verdad sobre Manu o el ultimátum de Elena en este último episodio. Pero lo que no tenía ni pies ni cabeza ha sido la posición de Juanjo durante la segunda mitad de temporada.

Juanjo siempre ha sido un gruñón, un alcohólico derrotista con muy mala leche, pero también era un hombre coherente y, bajo su mal carácter, sensible que nunca hacía daño. Sí, se le podía calentar la boca en una discusión y ser cruel, pero no pasaba de ahí. Sin embargo, para tener triángulo, han hecho que esté todo el día metiéndose con Trini con saña y jugando con Elena, a la que era evidente que no quería y no iba a querer. De hecho, resultaba muy desconcertante ver como se tiraba en brazos de Trini a la primera de cambio, mientras la dejaba casi de Anticristo y repetía lo buena que era su novia, a la que engañaba.

Me ha gustado mucho Elena, por cierto. No sólo me caía bien, sino que su amistad con Trini dio buenos momentos y ha sido de los pocos que ha creído en ella. Ha sido original que nos hayan dado una gran tercera en discordia, alguien que era buena, simpática y adulta. En ningún momento ha creado ningún numerito, siendo la peor parada de los tres y también la que mejor se ha portado.


Pero lo de Juanjo no me ha convencido. Parecía bipolar y su actitud no era propia de él y menos en este momento. Quiero decir, si hubiera ocurrido después del engaño de Trini, sí que habría sido más comprensible, pero quedaba rarísimo que en un episodio le pidiera ayuda a Trini y que ella cumpliera, que al siguiente no sólo estuviera celoso, sino que tuvieran momentos de amistad y, al siguiente, la pusiera fatal y se liara con Elena en cero coma.

Por suerte, en este último sí que han sabido cerrar esa trama, emocionando por el camino. Ha quedado claro que Juanjo siempre ha estado enamorado de Trini y que, aunque la opción más sensata era Elena, no era la adecuada. Me ha gustado que Juanjo decidiera quedarse por Trini, no por Manu, y que lo hiciera sin tener certeza, sólo porque la quería. Encima, nos han regalado una escena de balcón preciosa que ha ido in crescendo hasta que, al fin (¡al fin!), Trini le ha contado que Manu es el hijo de ambos.


Joder, qué gusto ver eso.

En serio, me he tirado nueve episodios deseando que se le contara. Sí, entendía que Trini tuviera miedo de perder a alguno de los dos. También era verdad que lo había intentado antes, pero Juanjo no se lo había puesto nada fácil. Así que verle decir la verdad ha sido casi para aplaudir. ¡Por fin!

Además, ha sido muy bonito ese momento en que, tras la revelación, Trini y Juanjo se han reencontrado y muchos personajes han salido en defensa de Trini, contando sus múltiples errores. Salvo Asun, lo que ha sido muy propio de ella. Me habría gustado ver la reacción de Manu, pero estoy muy contenta con el final. Porque es lo que Paula ha dicho: Juanjo se enfadará más de lo habitual, pero lo solucionarán con ocho roncolas, si es necesario. De hecho, esa última escena de los dos entrando en el karaoke cogidos de la mano dice mucho. Así que, para mí, estos tres serán una familia feliz por siempre jamás.

Al igual que lo serán Jeco, María José y las gemelas, que ha sido lo único que se ha quedado colgando. Carlos y Paula se han reconciliado, Rafael y la genia de Charo han empezado algo y César ha dicho en voz alta lo que se veía venir: que quería intentarlo con Asun. Vamos, que todos han tenido su final feliz, como si de un cuento se tratara, salvo Jeco que, para variar, es el personaje peor parado.

Yo, de verdad, no entiendo cómo los guionistas han sido capaces de escribirle esa trama al pobre chico si es un amor. En un giro de lo más rebuscado, se inventaron que era estéril y que las gemelas eran de un tío del que ni habíamos oído hablar. Pues OK. En ese momento, yo habría matado a alguien, al igual que lo que siguió, porque al pobre Jeco no le ha salido nada bien. Nada. No sólo las gemelas no eran sus hijas, sino que tuvo que aparecer el padre y llevárselas, justo cuando María José estaba a punto de admitir que sí sentía algo por él.

Esa historia se ha quedado sin cerrar, pues la trama de Jeco del último episodio ha sido un poco de relleno, con ese vaivén de si se iba o no. No obstante, basándome en el comportamiento de María José, en lo atenta que ha estado con él y como intenta que Jeco siga presente en la vida de las gemelas, he decidido que acaban juntos. Ea.


Que, jolín, citando a Estela Reynolds: Jeco es el punching bag de esa familia. Lo que no mola porque Jeco era le mejor persona de todo el elenco.

Por cierto, aprovecho para decir que he echado de menos que lo juntaran con Manu, olvidándose de esa amistad para que Manu trabara otra con Paula. Pero, no sé, me gustaba que fueran amigos. Bueno, Manu me ha gustado mucho en general. Era la mezcla perfecta entre Trini y Juanjo, con el buen fondo de ambos, la generosidad de su madre y la mala leche de su padre, como hemos visto en ese zasca que le ha dado a Carlos sólo para que Paula fuera feliz.

Es una pena que hayan cancelado la serie. Me alegro de que los guionistas lo dejaran todo más o menos cerrado (estos son listos, que todas las temporadas las han planteado como si fueran el final), pero se han quedado cosas en el tintero que me habría gustado ver: el nuevo estatus quo de Trini, Juanjo y Manu, por ejemplo; o que le dieran a Jeco su merecido final feliz.

Pero, bueno, hemos disfrutado de dos temporadas muy majas. Porque en estos últimos episodios no he estado muy contenta con algunas cosas, pero, pese a eso, Vive cantando era una serie que emocionaba y entretenía, lo que no todas saben hacer. Además, la Trini de María Castro ha sido una gran protagonista con sus luces y sus sombras y voy a echar de menos el verla con su buen corazón y sus meteduras de patas.

Hasta siempre, Trini, fue un placer conocerte.

lunes, 3 de noviembre de 2014

Bajo cero

Si sois habituales del blog, y sobre todo de las reseñas, sabréis que me gusta mucho Karen Marie Moning, que escribe novelas románticas con tramas de verdad. Me explico: que no se limita a la parte romántica-erótico-festiva, sino que tienen historias tan bien pensadas que, de hecho, todas sus novelas están entrelazadas, aunque sean de géneros distintos: la saga histórica con los highlanders (cuatro novelas auto-conclusivas, cada una protagonizada por una pareja distinta, aunque relacionada entre sí) dio lugar a la pentalogía Fiebre, que es fantasía urbana, bastante oscura, he de añadir.

Fiebre, a su vez, ha dado lugar a Bajo cero, la primera entrega de una nueva tetralogía, ambientada en el Dublín de Mac y Barrons, aunque protagonizada por una de las secundarias de la saga Fiebre: Dani O'Malley.

Por lo tanto, podéis leer Fiebre sin haber leído las cuatro novelas de los highlanders (El beso del highlander, El highlander oscuro, El highlander inmortal y El hechizo del highlander... en mi vida he escrito tantas veces "highlander", he de decir), aunque yo recomiendo hacerlo en orden, más que nada porque mola más, no porque no se vaya a entender. Sin embargo, no leáis Bajo cero sin haber leído los cinco libros de Fiebre. Hacedme caso. A ver, seguramente lo entendáis, pero os vais a sentir perdidos y no vais a comprender las situaciones de verdad.

Dicho lo cual, vayamos con la reseña de Bajo cero.

Dani O'Malley es una shide-seer, lo que significa que puede ver a los Fae que, tras las caídas de los muros, infestan Dublín. Dani, además, es especial, pues tiene supervelocidad y una de las dos únicas armas que matan Fae. Por eso, Dani a sus catorce años vive como una superheroína, intentando salvar a todos cuantos pueda y matando a todo Fae que se tope en su camino, aunque su situación no es sencilla: Mac, hasta hace nada su mejor amiga, desea matarla porque Dani asesinó a su hermana; el inspector Jayne desea arrebatarle su arma; Christian MacKeltar, cada vez más cerca de convertirse por completo en un príncipe unseelie, desarrolla una inquietante obsesión por ella...

Y, por si fuera poco, uno de los hombres más poderosos de la ciudad, Ryodan, intenta contratarla para resolver un misterio: alguien o algo está congelando zonas de la ciudad, matando a cualquiera que se encuentre ahí. Cuando Dani, dejándose llevar por un arrebato, tensa la cuerda más de lo debido con Ryodan, acaba teniendo que aceptar ser su empleada, aunque no le hace ni pizca de gracia.

Volvemos al Dublín de Mac y Barrons, a ese Dublín oscuro, lleno de hadas que asesinan por doquier, aunque en esta ocasión no lo hacemos con los antes citados, sino con Dani, la cría supervelocista que era la mejor amiga de Mac en la saga Fiebre.

Y precisamente esa es su mayor virtud y su mayor defecto.

Bajo cero me ha gustado mucho, lo he devorado y disfrutado, aunque no tanto como me ocurrió con la pentalogía anterior. Por un lado, me gusta mucho que, de nuevo, Karen Marie Moning haya cambiado por completo el tono de su nueva saga, lo que en este caso tiene mayor mérito, pues el universo es exactamente el mismo, al igual que el género. Sin embargo, Bajo cero es una novela más ligera, incluso más luminosa, que las cinco anteriores, aunque es igual entretenida.

El problema que he tenido yo con Bajo cero ha sido precisamente Dani. Lo que ocurre es que Dani es una adolescente de casi quince años, una adolescente precoz y superpoderosa, que está muy bien adaptada. Vamos, que se nota que es una adolescente. Por eso, es egocéntrica, cargante y, pese a lo que ella se crea, completamente obtusa, lo que, en varias ocasiones, resulta desesperante: Dani se cree la pera limonera, que es la mejor y la más capaz, pero tú ves que no deja de cagarla en ciertas ocasiones y que su ego la mete en más líos de los que en realidad soluciona.

Ojo, no es una mala protagonista, en absoluto, porque, encima, tiene una voz muy propia, pero a veces desespera... como buena chica de casi quince con el pavo encima. Ella se cree la única capaz, la única cuyas opiniones son válidas, una superheroína, pero nunca jamás piensa en nadie que no sea ella, lo que hace que se líe parda continuamente...

Y que juzgue mal en ocasiones. Porque, claro, por otro lado tenemos a Ryodan, que para mí es evidente que se trata del chico de la saga (vamos, el Barrons de Bajo cero). Quizás es porque, tras haber leído Fiebre, tras haber conocido a Barrons y un poquito a Ryodan, me he hecho una imagen de él que Dani no tiene. Pero, vamos, que para mí, aunque sea brusco y peligroso, además de misterioso, está muy claro que lleva cuidando de Dani desde hace tiempo, que sólo pretende protegerla porque anda que la nena no es temeraria ni nada.

De hecho, la interacción entre los dos me ha gustado. Creo que Karen Marie Moning ha sorteado con éxito lo espinoso del tema, pues Dani no deja de tener catorce años y pico, casi quince, y Ryodan ser un hombre hecho y derecho. En sus escenas se nota cierta tensión, que Dani (que es muy inocente en ese sentido, pues no tiene experiencia) se siente atraída por él aunque no lo tenga nada claro, pero no llega a quedar raro, ni repulsivo.

No como lo que ocurre con Christian, que... puag. Muy profundo, lo sé. Pero la cuestión es que Christian se obsesiona con Dani, pero hasta el punto de que resulta inquietante de narices, incluso da cosita. De hecho, hay algunos capítulos contados desde la perspectiva de Christian, que para mí sobran, pues sólo lograban perturbarme y me resultaban muy pesados. Además, quiere matar a Barrons y Mac, lo que no me mola nada de nada, por lo que espero que se lo carguen a él por osar pensar en matarlos.

Por lo demás, Dani se ve rodeada de una gran cantidad de secundarios, que, en general, están muy a la altura: desde su amigo Dancer, del cual no me fío un pelo, porque no se puede ser tan perfecto; hasta Kat, que es otra que también dispone de puntos de vista y que ofrece una visión distinta de las shide-seers y, de paso, tenemos vigilado a Cruce.

Lo que he echado de menos es ver a Mac y Barrons, pues cada vez que aparecían en escena, Dani se marchaba corriendo. Sin embargo, a juzgar de cómo termina Bajo cero, imagino que su presencia será mayor en las siguientes entregas, lo que me alegra un montón. En serio, es que Mac y Barrons molan mil.

En cuanto a la trama, pues Karen Marie Moning nos propone un caso que queda cerrado al final de la novela, además de continuar con ciertas tramas que quedaron pendientes de la saga anterior: Cruce atrapado en La abadía, la situación de Dublín, los secretos que Ro dejó, incluso algo que le está sucediendo a Dani. Porque es evidente que algo ocurre con Dani, ya que, a lo largo de la novela, tiene ciertos episodios un tanto... desconcertantes. Y, sí, eso me tiene muy loca. Mucho.

Finalmente, sólo me queda decir, que Karen Marie Moning vuelve a demostrar que es una narradora muy camaleónica, ya que la voz de Dani es clara y propia y no se asemeja en nada a la de Mac, aunque ambas son muy graciosas. A veces, Dani puede saturar con las coletillas que usa (¿cuántas veces dice "colega" a lo largo de la novela?), pero es muy fiel a su personalidad y logra que Bajo cero se distinga perfectamente de Fiebre.

Y, como es evidente, estoy deseando que publiquen su segunda parte, Burned, y saber cómo continúa la historia.

El próximo lunes literario estará dedicado a... Mi espectacular ahora de Tim Tharp.

domingo, 2 de noviembre de 2014

Maromo de la semana 181

Ya es domingo por la noche, lo que quiere decir que nos queda menos para que llegue el dichoso lunes con sus madrugones, sus clases y sus trabajos, así que toca poner a un nuevo Maromo de la semana para alegrarnos la vista durante toda la semana. Y, aprovechando que por fin he conseguido que mi padre se ponga a ver Community, voy a poneros a su protagonista, que está buenorro no, lo siguiente y que, encima, es súper gracioso. Vamos, que este pedazo de tío lo tiene todo y se llama...

Joel McHale


Joel Edward McHale nació el 20 de noviembre de 1971 en Roma, Italia, ya que su familia se encontraba ahí porque su padre era el decano de la universidad Loyola. Su madre era de Vancouver y su padre de Chicago, aunque, tras abandonar Roma, la familia se mudó a Washington donde Joel fue criado. Joel permaneció ahí hasta terminar la carrera de historia en la universidad de Washington, al que le siguió un master en Bellas Artes.

Empezó su carrera en la televisión, exactamente participando en un programa humorístico llamado Almost live! y, después, empezó a hilar un papel episódico tras otro en series como Cazarrecompensas, El fugitivo. La caza continúa, Diagnóstico asesinato, Will y Grace, CSI: Miami, Criando malvas e incluso consiguió un protagonista en la versión americana de The IT crowd, que no fue encargada al final, así que sólo trabajó en el piloto. Durante esos años, además, hizo sus pinitos en el cine con papeles pequeñitos en Spiderman 2, Los amos de Dogtown, El soplón o Colegas en el bosque 2.


Además, en el 2004 fichó por el programa de humor The soup, que desde entonces se emite semanalmente en E!. Por lo que he leído, es una especie de programa de zapping en el que se ponen clips de realitys y vídeos de Internet, combinado con los comentarios sarcásticos de Joel y de ciertos personajes regulares.

En el 2009, la carrera televisiva de Joel dio un vuelco cuando fue elegido como protagonista de una comedia que estaba preparando la NBC: Community. En Community es Jeff Winger, un súper abogado cuya titulación era falsa y que debe estudiar en Greendale para recuperar su vida. Jeff es manipulador, un cabrón competitivo que se sabe guay y, muchas veces, la voz de la razón; que lo estoy poniendo fatal, lo sé, pero mola mucho, en serio. Además, Joel sale guapíismo... y muchas veces sin camiseta. Argg. Encima, como ya he dicho al principio Joel es muy, muy gracioso. No, en serio, deberíais ver Community, es genial.


Este año, Community fue salvada in extremis por Yahoo, por lo que tendremos una sexta temporada algún día de estos. Joel ha estado al pie del cañón con Community (en general, sus actores están muy comprometidos con la serie), pero también ha trabajado en otros proyectos. Por ejemplo, ha cedido su voz en varios episodios de Robot Chicken e incluso en uno de Phineas y Ferb. También ha aparecido en las películas Spy kids 4. Todo el tiempo del mundo, Dime con cuántos (oh, oh, aquí comparte peli con Chris Evans :3), El gran año y Ted. Tras aparecer en dos episodios de Sons of anarchy, Joel trabajó en las películas Juntos y revueltos (la última de Drew Barrymore y Adam Sandler), Líbranos del mal, Adult Beginners y A merry friggin' Christmas, donde comparte cartel con la estupendísima Lauren Graham.

Espero que pronto den alguna información de la sexta temporada de Community, que espero que, al fin, sacien a mi shipper interior porque, en serio, cinco temporadas sufriendo así ya son muchas ;P

sábado, 1 de noviembre de 2014

Frases inspiradoras del mes: Octubre 2014

Uno de noviembre y unos cuantos niños que se creen americanos estarán disfrutando de sus caramelos, mientras que, por estos lares, toca publicar la entrada que recopila todas las Frases inspiradoras que hemos ido poniendo a lo largo del mes. Una vez más, muchas gracias a todos los que enviáis vuestras frases, ¡sois amor! =D

"¿Qué más? Es preciosa. No te cansas de mirarla. No tienes que preocuparte de si es más inteligente que tú, porque sabe que lo es. Es divertida sin pretenderlo siquiera. La quiero. Tengo la inmensa suerte de quererla, Van Houten. No puedes elegir si van a hacerte daño en este mundo, pero sí eliges quién te lo hace. Me gustan mis elecciones. Y espero que a ella le gusten las suyas." Augustus Waters en Bajo la misma estrella de John Greene cortesía de Noelia.

"A mí no me gusta darme bombo... pero si Jesucristo hubiera vivido en Chicago y hubiera acudido a mí con cinco mil dólares, la historia habría cambiado." Billy Flynn en Chicago (película).

"Dios, soy yo, Barney, ¿qué pasa? Sé que no hablamos mucho, aunque gracias a mí muchas chicas claman tu nombre." Barney Stinson en How I met your mother (Cómo conocí a vuestra madre).

"No, no te voy a besar, aunque lo necesitas mucho. Ese es tu problema. Deberías ser besada más a menudo y por alguien que sepa cómo hacerlo." Rhett Butler en Lo que el viento se llevó (película).


"Si no sobrevivo, dile a Tobias que no quería dejarlo." Beatrice "Tris" Prior en Leal de Veronica Roth cortesía de Noelia.

"Un mundo de infinitas posibilidades e innumerables consecuencias... Incontables decisiones definen nuestro destino, cada decisión, cada momento es una onda en el río del tiempo... Con suficientes ondas, se cambia la corriente, porque el futuro jamás está marcado." Charles Xavier en X-men: días del futuro pasado (película).

"La vida es difícil cuando no sabes quién eres, pero aún lo es más cuando averiguas quién eres." Bo en Lost girl (La reina de las sombras).

"Conoces esa sensación, cuando estás leyendo un libro y sabes que va a ser una tragedia; cuando puedes notar cómo se acerca el frío y la oscuridad, ver cómo la red se va cerrando sobre los personajes que viven y respiran en las páginas. Pero estás atado a la historia como si estuvieras atado detrás de un carruaje, y no puedes soltarte ni cambiar de rumbo. Ahora me siento como si pasara eso, sólo que no a los personajes de un libro, sino a mis propios queridos amigos y compañeros. No quiero quedarme sentada mientras la tragedia se cierne sobre nosotros. Quiero alejarla, pero me esfuerzo en vano por descubrir cómo podría hacerse." Theresa "Tessa" Gray en Cazadores de sombras: Los orígenes III. Princesa mecánica de Cassandra Clare.


"- What's a soulmate
- It's uh...Well, it's like a best friend, but more. It's the one person in the world that knows you better than anyone else. It's someone who makes you a better person. Actually, they don't make you a better person, you do that yourself because they inspire you. A soulmate is someone who you carry with you forever. It's the one person who knew you and accepted you and believed in you before anyone else did or when no one else would. And no matter what happens, you'll always love her. Nothing can ever change that." Lily Leery y Dawson Leery en Dawson crece cortesía de Noelia.


"La esperanza me guía. Es lo que me da fuerza de día y, sobre todo, de noche: la esperanza de que, aunque te hayas ido de mi vista, no será la última vez que pueda contemplarte." William Thatcher en Destino de caballero.

"- Así debería ser el amor, flotando en un cielo azul oscuro...
- ¿Y con una cabra tocando el violín?
- Pues sí. La felicidad no es completa sin una cabra tocando el violín." William Thacker y Anna Scott en Notting Hill.

"- ¡Nadie amenaza a Su Alteza ante la Guardia Real!
- No estoy amenazando al rey, ser. Estoy educando a mi sobrino. Bronn, Timett, la próxima vez que Ser Boros abra la boca lo matáis. Eso sí que era una amenaza. ¿Captáis la diferencia?" Ser Boros Blount y Tyrion Lannister en Canción de hielo y fuego II. Choque de reyes de George R. R. Martin.


"- Antes de atravesar a Cooper con nada, más vale que nos aseguremos de que es él.
- ¡Qué pesado eres con los detalles, Sammy!" Sam Winchester y Dean Winchester en Supernatural cortesía de Noelia.


"La vida suele quitar más de lo que da, pero hoy no. Hoy nos ofrece algo especial, una oportunidad... de salvar a otros." Peter "Star-Lord" Quill en Guardianes de la galaxia (película).

"O sea, no es que haya sido muy consciente de su presencia, ni que haya saltado las tres veces que su rodilla se chocó con la mía, ni que después de esa tercera vez me haya mirado fastidiado y haya dicho "déjalo ya" ni nada por el estilo. Tampoco gritamos "no pasa nada" al unísono ante una mirada inquisidora de Jenna. Eso hubiera sido raro, y Cal y yo no somos raros. Somos muy enrollados." Sophie Mercer (narradora) en Hex Hall 2. Desafío de Rachel Hawkins.

"Sí, bueno, no me gustaría que mis hijos vean con quien me acuesto. ¿Cómo podrían llegar a tiempo a sus abortos?" Alicia Florrick en The good wife.


"Se está muriendo gente que no se ha muerto nunca." Extra en Carmina y amén cortesía de Noelia.

"- No pienso tocar nada de esta casa. Podría coger cualquier enfermedad.
- No se preocupe. Los gérmenes no pueden vivir en su sangre, es demasiado fría." C. W. Briggs y Betty Ann "Fitz" Fitzgerald en La maldición del escorpión de jade.

"- Colega, estamos en un mundo posapocalíptico. ¿Quién sigue redactando solicitudes de empleo?
- Yo.
- ¿Cuánto me vas a pagar?
- Colega, estamos en un mundo posapocalíptico. ¿Quién sigue haciendo dinero?" Dani O'Malley y Ryodan en Bajo cero de Karen Marie Moning.

"¿Alguna vez has repasado todos los momentos con una persona una y otra vez, buscando los primeros signos de que algo va mal? Sólo hay dos opciones: que es un ser humano malvado y desprovisto de emoción o que es un robot." Tom Hansen en 500 días juntos.


"Resulta que a mis soldaditos del amor no les va eso de invadir al enemigo, que son de los que se quedan aconojaos en las trincheras. Resumiendo vamos, que soy más estéril que un sacacorchos. ¿Os lo podéis creer? Bueno supongo que a vosotras os la sopla porque no tenéis ni pajolera idea de lo que es eso pero para mí es una putada. Que sois lo mejor que me ha pasado en la vida canijas, aunque estéis tol día que si llenas de mocos, que si llenas de cacota, que no es por nada pero sois unas cerditas eh. Las cerditas más guapas que he visto nunca. Y que me cortaba un brazo y la mitad del otro por ser vuestro papá." Jeco en Vive cantando cortesía de Noelia.


"Sí. El cole es raro, es cierto. Pero recuerda esto: lo raro es bueno. Acepta lo raro, amiguito. Disfrútalo, porque siempre estará ahí." Sutter Keely en Mi espectacular ahora de Tim Tharp.

"En resumen: no quería decirle a Lily que, en mi opinión, todos habíamos dejado engañarnos por Platón y la idea del alma gemela. Sólo por si acaso resultaba que Lily era la mía." Dash en Cuaderno para dos de Rachel Cohn y David Levithan.

"Cuanto más miro a este bicho [un pingüino], menos le entiendo. Tú debiste pillar a nuestro señor en un mal día." Saturno "Satur" García en Águila Roja.

"Todo guerrero debe aprender una sencilla verdad: que el dolor es inevitable y el sufrimiento opcional." Malcolm Merlyn en Arrow.

"No tengo miedo a morir, tengo miedo del mañana. Tengo miedo de verte zarpar y sabiendo que no volverás jamás." Helena de Troya en Troya (película del 2004).

"Jeffrey, cuando nací, se me enredó el cordón umbilical al cuello, a los brazos y al tobillo. Mamá me dijo que los médicos dejaron de atender el parto y empezaron a reírse. Si hacer algo mal, me hubiese impedido continuar, no estaría aquí. A lo que algunos llaman fracaso, yo le llamo vivir, desayuno. Y no me iré hasta que haya vaciado el buffet." Pierce Hawthorne en Community.

"Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja." Rayuela de Julio Cortázar.

"¿Aún no lo tienes claro? Soy un alcohólico funcional, ¿vale? No tienes por qué hacer hincapié en lo de alcohólico, sino celebrar lo de funcional." Nate Ford en Leverage (Las reglas del juego).

"St. Clair se tumba a mi lado, con la respiración agitada. Está tan cerca de mí que su pelo me hace cosquillas en la mejilla. Mi brazo casi roza el suyo. Casi. Intento exhalar, pero ya no sé respirar." Anna Oliphant (narradora) en Un beso en París de Stephanie Perkins.


Y como en cada entrada de esta sección, esperar que os hayan gustado y recordaros que, si lo deseáis, podéis participar y que, de hecho, estamos encantadas con que nos mandéis vuestras citas favoritas ^^ Para participar, simplemente tenéis que hacernos llegar la frase inspiradora en cuestión (junto a la procedencia de la misma) a través de uno de estos medios:

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