jueves, 22 de octubre de 2015

Limitless, toda una sorpresa

Hoy vengo a hablaros de la que ha sido, al menos para mí, la sorpresa seriéfila de la temporada. Por ejemplo, me imagina que The muppets molaría y así lo hace cada semana, pero no esperaba que esta serie fuera a gustarme tanto. Estoy hablando de Limitless, una especie de spin-off de la película del mismo título que protagonizó Bradley Cooper (que en España se tituló Sin límites, vamos, que está bien traducido, ¡milagro!)


De hecho, empecé a verla más que nada por su protagonista: Jake McDorman. Veréis, una de mis series favoritas (y a la que recuerdo con mucho cariño) es Greek y adoro a su reparto al completo, pero sobre todo al trío protagonista Scott Michael Foster (que pena que Blood and oil no sea nada del otro mundo, al igual que sus audiencias), Spencer Grammer (que salvo alguna aparición esporádica en Chicago PD hace un montón que no la veo) y Jake McDorman, que era capaz de humanizar al cretino de Evan y lograr que siempre tendiera a pasarle por alto ciertas cosas y le acaba perdonando.

Y precisamente es Jake McDorman lo que le está dando tanta vida a Limitless, aunque no lo único.

Pero vayamos en orden, porque quizás no sabéis de qué trata Limitless.

Brian Finch (Jake McDorman) es un músico un tanto desastroso y sin oficio ni beneficio, pero con buen corazón, que adora a su familia. Un día, su padre (Ron Rifkin) sufre un desmayo y el hombre acaba ingresado sin que nadie sepa qué le ocurre, algo que desespera a Brian, que intenta seguir con su vida. Así, se reencuentra con un viejo amigo suyo, que le da una pastilla que es una droga llamada NZT, que estimula el cerebro humano de tal manera que se puede usar todo su potencial.


Eso hace que Brian no sólo sea súper listo, sino que sea rápido y pueda hacer un montón de cosas molonas. En ese momento, su primer instinto es salvar a su padre y, de hecho, acaba descubriendo qué tiene. Sin embargo, la situación de su padre se complica aún más y Brian vuelve a buscar a su amigo para que le dé más NZT... pero se lo encuentra muerto. Como lo primordial es salvar a su padre, Brian busca más pastillas y así acaba convirtiéndose en el sospechoso del asesino.

Como es de esperar, todo se resuelve y la agente del FBI que lo ha perseguido, Rebecca Harris (Jennifer Carpenter) se da cuenta de su potencial y decide ficharlo como consultor. El problema es que el NZT resulta mortal y, de hecho, Brian sufre sus efectos secundarios... hasta que aparece el senador Eddie Morra (Bradley Cooper) y le ofrece una solución: le suministrará una inyección que lo protegerá de los efectos secundarios, por lo que podrá tomar tanto NZT como quiera, pero a cambio será su infiltrado en el FBI.


Como podéis deducir es un procedimental, pero es uno que está muy conseguido. En parte, porque es muy simpático y usa muy bien el sentido del humor, además de una estética curiosa (Brian habla consigo mismo para mostrar su imagen mental, hay un código de colores para que sepas si está bajo los efectos de la droga o no, incluso tiene detalles gráficos muy chulos en plan Jane the Virgin) y, sobre todo, tiene un gran protagonista.

A mí es que estás tontás me molan mucho.

Jake McDorman vende muy bien a su Brian Finch. Un hombre que es bueno, divertido, pero también una especie de Peter Pan, un niño perdido que no sabe qué hacer con su vida. Es muy agradable que, a pesar de todo, Brian se tome las cosas con humor y siempre tenga una sonrisa en los labios. Es un tío muy adorable y, en serio, es imposible no enamorarse de él.

Como partenaire de Brian tenemos a Rebecca, que es la agente del FBI con su propio caso a investigar: la muerte de su padre, que era drogadicto y sospecha que tomó NZT antes de morir. En los primeros episodios, Jennifer Carpenter está totalmente eclipsada por su compañero de faenas, pero a partir del tercer episodio se relaja muchísimo y tiene una relación muy mona con Brian. Se supone que no van a ir por el terreno romántico (lo dijeron los creadores en la Comic Con de Nueva York), pero espero que cambien de opinión porque los actores tienen muy buena química y puede molar mucho.

El resto de personajes todavía está un poco difuminado, aunque personalmente soy muy fan de Mike y Ike, los niñeros de Brian (que no se llaman así, es un mote que les ha puesto él), que tienen escenas grandiosas con él.


También me ha gustado que, a pesar de cumplir ciertos clichés del género (un miembro de la pareja es agente y el otro consultor, uno de los dos tiene un caso que no ha resuelto y es personal...), también intentan romper otros muchos. Por ejemplo, al principio el FBI no deja que vaya por ahí con Rebecca, haciendo trabajo de campo, sino que lo tienen en un despacho con su placa y su arma particular... que son la grapadora y el celo. En serio, soy muy fan. Encima es que tiene mucha lógico, lo raro es que un consultor cualquiera se pasee por ahí como si fuera un agente entrenado.

Otro aspecto que están llevando muy bien es la trama a largo plazo. En los cuatro episodios que he visto, no la han abandonado en ningún momento. Todavía, como es lógico, desconocemos cuáles son las intenciones del senador Morra, pero sí que estamos viendo cómo cerca al pobre Brian y como parece una amenaza constante, que sirve muy bien para mantener la tensión y para que Brian se quede callado.


Curiosamente, a diferencia de la mayoría de las series, Brian ha querido contar su secreto desde el principio, pero es el senador Morra quien con sus amenazas constantes lo ha impedido. Tan brutal como inquietante esa escena en la que el pobre Brian contrata a su padre, que es abogado (y se huele que algo pasa con su hijo), para contarle todo sin que ninguno está en peligro y entonces descubre que la enfermera de su padre es un esbirra de Morra.

No sé dónde desembocará todo esto, pero de momento está siendo muy interesante, sobre todo porque obliga a Brian a callar, lo que para él es una tortura. Pero, bueno, de momento Limitless está siendo divertida, entretenida y una de las series a las que más ganas tengo que ver. Eso sí, sólo le falta que mejoren un poco los casos, que de momento han sido muy obvios, aunque también es verdad que los usan con sabiduría para mostrar más de Brian y Rebecca y que su amistad se vaya fortaleciendo.

Vamos, que os recomiendo Limitless, que está muy bien y Jake McDorman es una monada que lo vale.

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